Llegó junto a sus amigas a la casa presidencial de veraneo de Chapadmalal (ubicada a apenas tres kilómetros de Miramar y 25 de Mar del Plata) el jueves 15 de enero. Casi sin avisar –los caseros se enteraron tres días antes de su llegada–, Florencia Kirchner se dispuso a pasar unas tranquilas vacaciones alejada de la intensa movida de Pinamar, su lugar preferido para pasar el verano.
Espíritu libre. Pero como siempre, a la hija del matrimonio K no le gusta quedarse en casa y pasar desapercibida –aunque sería el sueño hecho realidad de su madre–, y tras aguantarse una semana de paz y quietud en la residencia, aprovechó la cercanía para divertirse en grupo en la noche marplatense. Así, llegó hasta la Av. Constitución, donde está el complejo Sobremonte, una emblemática disco de La Feliz muy concurrida por famosos. Y para suerte de Flor, esa día se hacía justamente la Fiesta de la Espuma, así que la menor de los Kirchner no paró de bailar en medio de una nube jabonosa, sacarse fotos con sus íntimos y disfrutar de los tragos en la barra.
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