- Si hubiera elegido otra profesión, ¿qué le hubiera gustado ser?
- Psiquiatría. Tiene que ver con el análisis con detenimiento de las personas como individualidades. Un economista es también alguien que hace análisis en profundo de un conjunto social. Y me hubiera gustado ser pintor: de hecho pinto óleos y horriblemente, de manera que nadie los vio ni los verá nunca (risas).
- ¿Le gusta la psiquiatría que tiene que ver con el análisis de la locura?
- Sí, me gusta lo que está en el borde. Se puede hacer un parangón con lo que me tocó, es decir una situación límite en mi profesión. Los psiquiatras en general manejan situaciones límites.
- ¿Qué lo hace reír?
- Una comedia de cine, una pieza de teatro. Un buen chiste, que después no me acuerdo: puedo escuchar venite y registro sólo el último. No sirvo para contarlos.
- ¿Y cuando escucha chistes sobre Usted?
- Hay algunos que ha hecho Nik que me encantan. Cuando estuve por primera vez en el gobierno mis hijos eran chicos, aparecí como el pensador de Rodin en uno de los diarios y uno de mis chicos preguntó: ‘¿Por qué papá está sentado en el inodoro?’ (risas)