Con una gran movilización a Plaza de Mayo y un megafestival, el Gobierno espera hoy opacar el fallido 7D. Al público no saldrá, sin embargo, la feroz interna que se desató dentro del Gabinete para ver quién paga el costo político de la derrota. Los cañones apuntan al jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. ¿La eventual sanción? Un recorte en el poder de las funciones que tiene hasta ahora.
El evento, en tanto, intenta demostrar que el núcleo duro de Cristina Fernández de Kirchner es mayor al que participó del cacerolazo del 8 de noviembre. En una singular interpretación, en el Gobierno evalúan que “en el cacerolazo eran todos opositores, pero sin un referente. Los que vayan mañana (por hoy) está claro que votan todos al kirchnerismo”.
La apuesta es fuerte. Se movilizará la militancia de Unidos y Organizados, que contiene a La Cámpora, Nuevo Encuentro, Movimiento Evita, Miles y Tupac Amaru. La agrupación de Milagro Sala promete llevar cinco mil personas al centro de la Capital Federal. Para el acto, organizado por Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia, fueron convocados todos los ministros. De la cantidad de público que haya dependerá la presencia de Cristina Kirchner y un eventual discurso. En principio se informó que se sumaría a los festejos alrededor de las 21.
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