Las legisladoras porteñas María José y Mónica Lubertino no quieren posar espalda contra espalda. Son primas y creen que eso sería mostrar una imagen de enfrentamiento que no existe. Dicen que no se odian aunque milite una a favor de Néstor Kirchner y la otra haya elegido primero a Mauricio Macri y después a Francisco De Narváez como jefes políticos. Entonces se niegan a esa pose y en cambio sonríen abrazadas para la cámara, espléndidas las dos con sus cabellos largos y rubios. Después comienza la entrevista, la primera que dan juntas, y el abrazo se diluye en una batalla verbal llena de sarcasmo.