—¿Usted está cumpliendo prisión domiciliaria?
—Sí.
—¿Entregó a Carlos Aguilar al nieto de Estela de Carlotto?
—El nieto de Carlotto tiene 36 años y yo me fui de Olavarría el 5 de septiembre de 1977. Nunca la vi a esa mujer (sic).
—¿Conocía a Aguilar?
—No.
—Lo acusan de dos homicidios y 21 privaciones de la libertad, ¿qué tiene para decir sobre eso?
—Nada.
—¿Usted es inocente?
—Por supuesto que soy inocente.
—¿Usted no estuvo a cargo del centro clandestino Monte Peloni?
—No.
El que habla, en diálogo con PERFIL, es el ex coronel Ignacio Aníbal Verdura, un represor que miente en algunas respuestas que da. Cumple prisión domiciliaria en Santo Tomé, Corrientes: está procesado por dos homicidios y 21 privaciones ilegítimas de la libertad, cometidas mientras era el dueño de la vida y de la muerte en Olavarría. Será llevado a juicio oral en septiembre. En 2010 un periodista lo fotografió caminando por la plaza del pueblo, violando los beneficios de su arresto.
Tras la aparición del nieto de Estela de Carlotto, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, se investigan las conexiones de Verdura con un empresario de Olavarría, Carlos Francisco Aguilar, sospechado de haber sido quien entregó al chico a un matrimonio de peones rurales –Juana y Clemente– de su campo. Verdura dice que se fue de Olavarría en 1977. Llegó allí en 1975 pero cuando se fue siguió teniendo influencia en la zona. Mientras tanto, estuvo a cargo del centro clandestino de detención Monte Peloni. Así consta en los archivos de la Comisión Especial por la Memoria y en la Asociación por los Derechos Humanos (APDH) de Olavarría, a los que tuvo acceso
este diario.
El ex juez de Azul Juan José Comparato le confirmó a PERFIL que procesó y ordenó la detención de Verdura en 2009 y que estaba a cargo del centro clandestino Monte Peloni. “Me acuerdo de que declararon como víctimas alrededor de veinte personas”, dijo. Verdura era el titular del área 124, bajo su mando estaba el Regimiento de Caballería de Tanques 2 (RCT2) y el Escuadrón de Ingenieros Blindados 1 (EIBI1). Aguilar en esa época era dirigente de la Sociedad Rural, un empresario próspero que se codeaba con los militares. Según informó el portal Infojus, Aguilar era un eximio jinete, y en las competiciones de salto participaban los jinetes del Regimiento de Verdura.
Aunque niega haber estado a cargo del centro clandestino Monte Peloni, en las inmediaciones de la ruta 226-76, hay testimonios claros que lo contradicen. En el informe de la Comisión Especial por la Memoria de la ciudad, el electricista H.F.I, que trabajaba para el Ejército, relata que a comienzos de 1977 Verdura “le ordenó hacer instalaciones eléctricas del predio conocido como ‘Monte Peloni’, cerca de Sierras Bayas; que a tal efecto montó un equipo electrógeno, poniendo guirnaldas con focos en la parte exterior del edificio principal y camas con elásticos de alambre en otro más pequeño. Que funcionando ya ese sitio como cárcel clandestina de detención y de tortura, se dañó el equipo electrógeno y tuvo que concurrir a arreglarlo a ese lugar, que era custodiado solamente por oficiales y suboficiales y que pudo ver que estaban detenidos allí varios individuos”. Y agrega que “todos los detenidos se encontraban en pésimo estado físico con las muñecas atadas a las camas de resortes y vendados los ojos”.
En el informe de la Comisión también hay testimonios de cómo Verdura participaba en los secuestros. Néstor Lafitte estuvo prófugo durante un tiempo. El entonces coronel le prometió a su madre un buen trato y una reducción de la pena si entregaba voluntariamente a su hijo. Lo hizo.
Lafitte fue torturado con picana eléctrica y quedó con parte de su cuerpo paralizado. Murió en 1988. ¿Es posible que Verdura se conociera con Aguilar? “Sí, claro que es posible. Aguilar era habitué del cuartel, se dedicaba al hipismo y era conocido de varios militares”, explicó a PERFIL Carmelo Vinci, de la APDH Olavarría. La Justicia tendrá que comprobar si fue el entregador.