La crisis financiera internacional que vapuleó mercados y sembró especulaciones durante 2008 incluyó un cóctel con despedidos y suspensiones, acompañados por fuertes adhesiones sindicales. Las negociaciones, entre urgentes y necesarias, pusieron (y mantienen) a los sindicatos, las empresas y a la cartera de Trabajo en estado de alerta.
El Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) concluyó el 2008
"garantizando" la estabilidad de 438 puestos de trabajo hasta diciembre de 2009 y la
permanencia de "licenciados" (una figura utilizada en la industria: personas despedidas
que reciben su salario) hasta mediados de año.
La
crisis en la General Motors se resume en
números: para 2008, la empresa esperaba fabricar 130 mil unidades y terminaron en 90 mil. "El 80 por ciento de la producción se divide en
dos: 40 % para Brasil y 40 % para terceros países. El 20 % restante es para el mercado
local", explicó a
Perfil.com Ricardo Pignanelli, secretario gremial de SMATA,
el gremio que nuclea a los trabajadores afines
al negocio automotor. En los primeros días de enero, el futuro es incierto.
Por estos días, la situación en Villa Constitución no es la mejor. Mientras los trabajadores
acampan en las afueras de la planta
Paraná Metal,
la UOM discute su reapertura con nuevo
inversionista en la mira. En total,
1200 personas fueron suspendidas en diciembre último. Desde el gremio, en tanto,
confían en una pronta solución y saben que el Gobierno "teme" afrontar el núcleo duro de la Unión
Obrera Metalúrgica del sur santafesino.
En Necochea, las aguas se calmaron luego de que Cargill
amenazara con retirarse por el desgaste que le
generaban las frecuentes embestidas sindicales, como informó
Perfil.com en su momento. En este caso, las internas entre el intendente local
Daniel Molina y el titular de UATRE, Gerónimo Venegas, enemistados desde hace años, tensionó más la
negociación.
Según
un relevamiento publicado por la CTA en el
diario Perfil, un resultado preliminar advierte que hay, por lo menos,
"47.418 trabajadores afectados en todo el país por despidos, suspensiones,
adelanto de vacaciones, inestabilidad laboral y recortes de jornada".
La realidad lo denuncia. Tras despedir el año en la planta junto a sus familias,
los trabajadores de Indugraf, por ejemplo, mantienen en Parque Patricios otra vigilia para impedir
el cierre de sus puestos de trabajo. Con una orden de desalojo que data del 29 de diciembre y un
patrullero que custodia la fábrica las 24 horas del día,
el destino de otros 88 trabajadores se define en el Ministerio de
Trabajo.
"
La empresa quiere que primero nos vayamos del edificio y después discutamos", le dijo Andrea
Rossi, una de las despedidas, a
Perfil.com. "Somos 40 personas en turnos rotativos cuidando la planta.
Nos estamos organizando para que nos escuche el Gobierno Nacional en una marcha a Plaza de
Mayo", adelantó Rossi.
Al los casos de Indugraf y de Envases del Plata en Bernal,
se suma el listado de empresas licuadas que
permanecen tomadas y buscan autogestionarse. "La empresa mandó un telegrama de despido
el 30 de octubre pasado y se fue de vacaciones.
Se presentaron en la primera audiencia del Ministerio de Trabajo pero no en las cuatro o
cinco que vinieron después", relató la semana pasada Roberto Páez, uno de sus
trabajadores.