Las semanas de Peicovich: segunda de 2009

Nunca primos hermanos se odiaron tanto. Es así. No bien se raspan las figuritas  de la historia aparece el parentesco. No son los únicos en darse como en la guerra de modo literal. Pasa con indios y pakistaníes. Con serbios y croatas. Pasa con muchos. Será una esfera azul pero el modelo de la Tierra es Marte. Le tira el rojo. El Campo de Mayo francés se llama, por algo, Campo de Marte. Al primate humano le da por disputar, pelear, matar. Al amar le dedica solo un rato. La geopolítica no busca ecualizar culturas sino sponsorear sus furias. Sobran fósforos mentales que activen polvorines. “Mi  Dios es más Dios que tu Dios” es un clásico. Solo decirlo y ya dejan el rosario y toman la kalashnikov.  Unos desde un M-16, con neutro rostro angélico y tecno hacen polvo una escuela. Otros desde túneles ululan “Alá es grande” y disparan cohetes a matar a quien sea. En medio de esta disputa familiar acabó 2008 y empezó 2009. Dos poblados incorregibles (Israel y Palestina) hacen peligrar más al mundo que toda Europa o la China. La sangría de Gaza es nueva muestra demencial e inercial de estos primos que han hecho del espanto un folklore. Viene de mucho rato esta porfía que llevó a Disraelí a  preguntarse “¿Pero qué son los árabes si no judíos a caballo?” Es historieta trágica Y repetida. Palestinos de 2009 enfrentan a los israelíes como éstos a los ingleses en 1948. Denominar“franja” a un gueto de 1.500.00 presos es eufemismo obsceno. Gaza es un Guantánamo con mejor prensa. En Gaza no hay más destino que vivir (y morir) reventando. Mide 10 por 40 kilómetros. Lo que va del Obelisco a City Bell. No más. (Y es tanto el dolor que cabe allí). En esta jaula los palestinos ruegan, sangran, mueren. Y los más fanáticos lanzan miles de cohetes que por lo que prueba la información son de cuarta. El comparativo de víctimas deja en claro quien es David y quien Goliat. ¿Se levantará alguna vez en el mundo la Tumba al Civil Desconocido? Al terror artesanal de Hamás (el pueblo de Gaza no participa) Israel responde con lo más parecido a una invasión a Normandía. (hasta la flota bombardea). El millón y medio de gazetíes soportan la trampa kafkiana de no tener salida. Los embolsó Sharon. Los trampeó Mubarak. Los desprecia la región. Los olvidó el mundo. Y la troika de halcones israelíes los trata con la misma piedad que Hitler a Varsovia o Bush a Bagdad. Sorprende acción tan feroz de un pueblo mártir. Su mayoría civil aboga por la paz pero su minoría oficial ejecuta Su Proyecto. ¿Cuál? ¿Ampliar la superficie de la Tierra Prometida? Hay más preguntas.¿Por qué al pueblo de la Paz lo cuida tanto el país de la Guerra?¿Por qué siendo país más pequeño que Uruguay posee el 6º ejército mejor dotado del mundo? El pueblo judío es admirable. Pero no le basta. Quiere ser el más admirado. Y es susceptible como pocos. Se victimiza en demasía y es victimario de cuidado. Y se encrespa ante toda crítica a su gestión. Tanto que a veces cae en actitud tan discutible como el antisemistismo: el semitismo. Bien lo sabe el hombre justo Daniel Barenboim. No toleran que diga su verdad. “Esto va al desastre. La única solución es que haya dos Estados soberanos e iguales en derechos. Lo desea el mundo y también los israelíes y los palestinos”. Los fanáticos de ambos bandos apedrean su orquesta. Pero la esperanza del mundo confía en su batuta y en su palabra.  Daniel Bareimbom nunca desafinó.

(*) Especial para Perfil.com