Lázaro Báez llegó hoy a las 9 de la mañana a los tribunales federales de Comodoro Py para declarar ante el juez Julián Ercolini en la causa que se lo investiga por supuestamente haber sido beneficiado en la concesión de obras públicas durante el gobierno kirchnerista. El empresario se negó a responder preguntas y presentó un escrito donde pidió la nulidad de la indagatoria.
Si bien decidió no hablar con el magistrado, permanecerá en el recinto ubicado en Retiro para realizar una declaración testimonial ante el juez Daniel Rafecas por sentirse "intimidado" por el funcionario judicial, Sebastián Casanello.
El empresario fue trasladado desde la cárcel de Ezeiza -donde se encuentra detenido desde abril- en medio de un fuerte operativo de seguridad y custodiado por una gran cantidad de agentes del Servicio Penitenciario Federal, según consignó la agencia DyN.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner por su parte, declaró el lunes ante el magistrado y allí sostuvo que no era "amiga ni socia comercial" de Báez. Al igual que la exmandataria, la defensa del empresario solicitó la nulidad del dictamen acusatorio por parte de los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques.
En el mismo contexto ayer, Santiago Viola, abogado de los hijos de Báez, afirmó que "hay constancia en el expediente" de "negocios en común" entre la ex jefa de Estado y el padre de sus clientes.
El letrado remarcó en declaraciones radiales que los hijos del empresario, Leandro, Luciana y Melina, "están convencidos que cualquier aporte que el padre pueda hacer en el expediente le serviría para tener una mejor situación procesal y para estar más cerca de ellos y de su familia", pero remarcó que "ya no insisten" en que se presente como arrepentido.
"Tienen mucha información" por "el tiempo que estuvieron tan cerca de la familia Kirchner", no obstante "habrá que ver si quieren, eventualmente, aportar algo o ver primero cómo resuelve la Justicia la situación procesal de ellos", concluyó.