A una semana de haber identificado el cuerpo de su hermano Santiago, Sergio Maldonado insistió ayer en que se trata de un caso de “desaparición forzada”. Con la cara de Santiago recién tatuada en su antebrazo izquierdo, Sergio aseguró: “Apareció muerto. Lo asesinaron. Es desaparición forzada”.
El hermano mayor de Santiago dio ayer una conferencia de prensa junto a su pareja, Andrea Antico, la abogada de la familia, Verónica Heredia, y la directora de la sede local de Amnistía Internacional, Mariela Belski. “Este es un caso de suma importancia para Amnistía”, afirmó Belski, quien también apuntó a la figura de desaparición forzada y recalcó: “Santiago no desaparece caminando al borde del río” sino en “un contexto de represión” por parte de Gendarmería. Y agregó que la reconocida organización internacional “va a acompañar a la familia” en su búsqueda por Justicia. “Esto no está terminado. Es más, esto recién empieza”, agregó.
La familia convocó a una marcha en Plaza de Mayo para el próximo miércoles a las 18, cuando se cumplen tres meses de la violenta represión de Gendarmería, en Cushamen, en la que se vio a Santiago con vida por última vez.
La abogada de la familia Maldonado explicó que ayer, en sede judicial, declararon el prefecto Leandro Ruata y los dos buzos que participaron del operativo de rastrillaje en el que encontraron el cuerpo. Heredia aseguró que del testimonio de ellos se desprende que en el lugar donde se encontró el cuerpo no había un pozo profundo, como trascendió en los últimos días sino que el único espacio de esas características está recién 5 kilómetros río abajo de donde se encontró a Santiago. En referencia al lugar del hallazgo, ubicado a unos 300 metros río arriba de donde se vio al joven de 28 años por última vez, aseguró que “no hay ninguna explicación lógica (sobre cómo pudo haber llegado ahí) por eso es que estamos exigiendo tener una respuesta”. Heredia afirmó que el lugar ya había sido rastrillado y se refirió a los distintos niveles de agua que la zona tuvo en las distintas veces que se la exploró y, el día de la desaparición, cuando no habría habido más de 30 centímetros de profundidad. “Objetivamente no puedo decir que lo colocaron, nosotros decimos que el cuerpo no estaba en el lugar”, puntualizó.
Reclamo. La familia y la abogada reclamaron una “investigación imparcial” y por eso se presentaron el jueves ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde pidieron la colaboración de un grupo de expertos.
Sergio también habló sobre el hostigamiento del que son víctima él y su familia a través de las redes sociales, de las persecuciones y seguimientos que sufrieron en Esquel, y que ameritaron una denuncia de Myriam Bregman. En tanto, afirmó que las fotos del cuerpo de Santiago, que se viralizaron poco después del hallazgo, salieron del teléfono celular del médico forense de la morgue judicial de Esquel. Un hecho por el cual también hay una investigación judicial. Y confirmó que el papa Francisco le escribió una carta a la familia, dirigida a su mamá, Stella, y que en diciembre la familia viajará a Roma para reunirse con él.