El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, intentó hoy tomar distancia de la situación del vicepresidente Amado Boudou por el caso Ciccone, al definirla como "una cuestión de carácter judicial" en una respuesta que sólo le demandó 12 segundos.
Además, el funcionario ponderó que Boudou "se ha presentando espontáneamente al Juzgado", que está en manos del juez federal Ariel Lijo, "a la espera de la declaración correspondiente".
"Es una cuestión de carácter judicial. El vicepresidente de la Nación se ha presentado espontáneamente al juzgado y en virtud de eso espera la declaración correspondiente", respondió en apenas 12 segundos el jefe de ministros ante de una consulta de DyN, en su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada.
La postura que adoptó esta mañana Capitanich fue muy diferente a la actitud defensiva que sí emprendió hace 20 días, cuando evaluó que Boudou era sometido a "una sistemática persecución y un linchamiento mediático".
"No me cabe la menor duda que la defensa será ejercida eficazmente por parte del vicepresidente", había manifestado con firmeza un jefe de Gabinete que hoy, por el contrario, pareció esquivo y más distante de Boudou.
Hace casi tres semanas, el fiscal Jorge Di Lello pidió, a dos años del inicio de la causa, que el vicepresidente Boudou; el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, y otras nueve personas declaren como acusados en la causa Ciccone.
El requerimiento del fiscal imputa a Boudou y a Echegaray el delito de "negociaciones incompatibles" con la función pública, castigado con uno a seis años de prisión e inhabilitación especial perpetua por el artículo 265 del Código Penal.
Ayer trascendió a la prensa un acta firmada por el fallecido propietario de la imprenta Ciccone Calcográfica, Héctor Ciccone, con los detalles para la supuesta negociación para el traspaso de la empresa a una sociedad en la que tendría influencia un amigo y socio de Boudou, José María Núñez Carmona, lo que podría significar una prueba contundente contra el vicepresidente.
Según declaró a la Justicia la hija de Ciccone, su padre negoció en un bar de Puerto Madero la venta de la compañía personalmente con Boudou, sospechado de haber influido para beneficiar a la sociedad The Old Fund, que efectivamente terminó comprando la única imprenta del país autorizada para fabricar dinero.
La reunión entre Ciccone y Boudou se habría realizado en septiembre de 2010 y el empresario murió en mayo de 2012 a causa de una delicada enfermedad, un mes más tarde de haber redactado un acta con detalles de su encuentro con el vicepresidente.