Primero, para establecer ciertos parámetros, el consultor y analista político Jorge Giacobbe opina que “en el mensaje de Cristina hay tres etapas. La primera se inicia con la asunción y termina con el conflicto con el campo, donde ella fue caracterizada como la dueña de la verdad, la iluminada. El 35% de la población la definía con la palabra soberbia, el 8% como autoritaria. A partir de ese momento cambia su gestualidad, entra Massa a escena como jefe de Gabinete y desaparece Néstor de la escena pública cotidiana. Cristina se sobrepone a su manía de tocar el micrófono con las dos manos y se concentra tanto en el control de lo físico como de la palabra. Cambia el look, suena más conciliadora, más amplia. Esa etapa duró dos meses. Cuando estatizan las AFJP se le va el control de las manos, ella empieza otra vez a viajar y él aparece nuevamente”.
Graciela Römer, consultora de opinión pública, coincide en que “el corte de aguas se da a partir de la conferencia de Olivos, donde aparece una nueva modalidad de comunicarse con la sociedad a través de los medios de prensa. Se ablanda, va de lo defensivo a lo racional, tratando de marcar una discontinuidad con el discurso de Néstor Kirchner”.
Lea la nota completa en la edición impresa del Diario Perfil.