Mientras la crisis política en Córdoba ya salpica al Gobierno nacional, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández y el ministro del Interior Aníbal Fernández salieron, desesperados, a desvincular cualquier tipo de responsabilidad de la administración Kirchner.
Mientras Alberto F. anunció hoy que el Gobierno nacional no intervendrá en el conflicto, y que "confía" en que "los cordobeses esclarezcan el problema planteado", Aníbal F. siguió la misma línea al asegurar que " el Gobierno Nacional tomó distancia prudente para dejar a la Justicia actuar y contar las actas".
El jefe de gabinete, vinculado durante la campaña a Luis Juez, negó haber respaldado al intendente en las elecciones, aunque reconoció que dentro del oficialismo hubo posturas diferentes sobre el apoyo a los distintos candidatos.
En Córdoba "se ha dado una situación compleja" y "en el Gobierno (nacional) estamos confiados en que las instituciones de la Provincia resuelvan el conflicto del modo que corresponda", dijo Fernández a radio América.
Por su parte, el ministro del Interior consideró que la Justicia Electoral de Córdoba debe ahora "revisar acta por acta" para realizar el escrutinio definitivo de los comicios del domingo, pero no "voto por voto", porque eso no está contemplado por las normas vigentes.
Además, afirmó que ante el conflicto suscitado por los resultados electorales, "el Gobierno Nacional tomó distancia prudente para dejar a la Justicia actuar y contar las actas".
Aníbal Fernández dijo no haberse sorprendido por la demora en el recuento de votos, lo que justificó en el hecho de que en Córdoba hay más de 400 distritos, y negó rotundamente, en diálogo con radio Continental, que el presidente Néstor Kirchner haya hablado con el gobernador cordobés José Manuel de la Sota.
Fuente: DyN