“Con Cristina sola no alcanza, pero sin Cristina no se puede”, es la frase que más repiten los intendentes del peronismo bonaerense por estas horas. Mientras gobernadores y dirigentes del interior del país piensan en un 2019 sin la ex presidenta, los jefes comunales de la provincia de Buenos Aires se resignan a que Cristina Kirchner continúe como protagonista de la oposición.
En el vínculo entre la senadora electa y los intendentes nunca hubo amor y tampoco lo habrá en el futuro. Pero los viejos dirigentes reconocen que necesitan los casi tres millones y medio de votos que en el peronismo sólo la ex presidenta puede conseguir.
“Si mirás alrededor, la suma de los votos de Sergio Massa y Florencio Randazzo, ni siquiera multiplicándola por dos, da los votos que obtuvo Cristina”, evalúa un mandatario local de la tercera sección electoral para asegurar que ninguno de ellos se moverá del lado de Cristina Kirchner para sentarse en una mesa con otros candidatos que fueron derrotados por un margen mucho más amplio.
“¿Adónde nos vamos a ir?, el peronismo blando no entusiasma a nadie”, retruca otro alcalde y aclara: “No hay otro camino, si te peleás, La Cámpora te pone una lista local y perdés las elecciones, que fue lo que les pasó a muchos en estos comicios”.
Los intendentes saben que en 2019 la reelección de María Eugenia Vidal provocaría una nueva derrota del peronismo, pero hacen números y aseguran que el 37% que obtuvo el 22 de octubre Cristina alcanzará para conservar sus distritos. Ante una elección provincial que ya dan perdida, volverán a refugiarse en los distritos. Salvo Verónica Magario, a quien muchos ven como la única dispuesta a “jugar para perder” como candidata a gobernadora.
En los últimos días, la ex presidenta dialogó con varios intendentes con los que durante los años de su gestión no tenía vínculo y apenas se los cruzaba en actos protocolares. A todos les repite que “la ola amarilla no sólo pasa en Argentina, sino también en el resto del mundo con triunfos de candidatos de derecha”, pero los alerta de que ella “está para quedarse” y que la situación económica la hará perforar el techo que obtuvo en estos comicios. “Cuando la economía empeore, la valoración de su gobierno cambiará”, repiten en el entorno de Cristina y se animan a predecir que para ese entonces Cristina podrá mostrar al ex ministro Axel Kicillof como posible compañero de fórmula. Los intendentes no se entusiasman con tanto: “Lo mejor que nos puede pasar en dos años es recrear ese 37% y con estos números conservar los distritos, hoy la única que garantiza estos números es ella”, concluye uno de los intendentes con más años frente al municipio.