La jueza de la Cámara del Crimen María Laura Garribós de Rébori es la flamante presidenta de la agrupación Justicia Legítima, una asociación civil cercana al kirchnerismo que reúne a miembros del Poder Judicial y busca hacerle frente a la Asociación de Magistrados, el órgano que representa a los jueces y que se opone a la reforma judicial del Gobierno. En Justicia Legítima, Garribós de Rébori está acompañada por la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó.
—¿Cuál es el próximo paso de Justicia Legítima?
—Estamos abriendo filiales en las provincias, sobre todo donde hay universidades, allí hay usina.
—¿Tiene la agrupación una actitud crítica contra la Corte Suprema?
—No, pero a mi gusto debió haber hecho más. Mantiene una actitud prudente. El espacio que se deja alguien lo toma.
—¿Por qué?
—La Corte no quiso que el Gobierno y la administración de la justicia estén en manos del Consejo de la Magistratura. La Constitución dice que el Poder Judicial está administrado por el Consejo, no por la Corte. Yo creo que el pase de autoridad del Consejo a la Corte fue en la época en que (Enrique) Petracchi –ministro de la Corte– era el presidente del Consejo y la plata volvía a la Corte. Porque la plata es la medida del interés.Hoy Fera (Mario, presidente de Magistratura) y Ricardo Lorenzetti están acoplados.
—¿Cuenta con suficiente presupuesto la Corte para su gestión?
—La última vez que nos reunimos con el administrador de la Corte, el contador Daniel Marchi, nos dijo que tenían presupuesto para funcionar un año entero sin llegar a estar en negro porque habían ahorrado.
—¿Cree que la Corte frenará la reforma de la elección popular de consejeros?
—Creo que no, espero que no. No sé.
—Varios jueces federales frenaron la elección popular de los miembros de la Magistratura...
—La Constitución es interpretable. Esto deviene del pacto de Olivos, el origen de un Poder Judicial corporativo.
—¿Está de acuerdo con que los jueces se postulen en listas de partidos políticos?
—Los jueces no se van a postular, los partidos políticos vendrán a buscar a los jueces que les interesen. Va a ser al revés. Porque los jueces no tenemos experiencia en esto.
—¿Buscarán un Oyarbide?
—O un Ramos Padilla. ¿No te parece? (La jueza se refiere al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, que rechazó la semana pasada un recurso de amparo contra la elección en las urnas de los consejeros de la Magistratura, es miembro de Justicia Legítima y fue abogado de Madres de Plaza de Mayo).
—¿Pero eso no contrariaría el fin de la imparcialidad de los jueces que rige en la Constitución?
—No. Los jueces no son imparciales. Imparcial es el órgano de gobierno del Poder Judicial. Los jueces van a seguir siendo elegidos con concurso, y luego por el Ejecutivo con acuerdo del Senado. La imparcialidad es para resolver en causas. Todos los jueces tienen alguna simpatía, el corazoncito puesto en algún lado porque es inevitable, uno lee el diario. Pretender que los jueces no lean el diario y no se enteren de nada es pensar en los jueces que hubo en otras épocas en este país. O el juez napoleónico que no podía interpretar la ley, porque debía resolver lo que el rey decía.
—Hay otros puntos de la reforma que están siendo impugnados en la Justicia. ¿Qué opina?
—Con respecto a las Cámaras de Casación hay divergencia entre nosotros. El resto lo avalamos.
—¿ Horacio Verbistky es el mentor de Justicia Legítima o es parte de la agrupación?
—Verbitsky no está muy de acuerdo con nosotros. Nos ha criticado. No es parte pero vino a los encuentros como representante del CELS, que siempre nos acompaña.
—¿Cuál es la relación del juez de la Corte Zaffaroni con Justicia Legítima?
—Zaffaroni no ha venido, pero gente de la vocalía de Zaffaroni sí ha venido porque es gente muy activa.
—¿Y los miembros de La Cámpora, como Julián Alvarez, viceministro de Justicia de la Nación?
—La gente del Ministerio de Justicia nos considera y les hemos señalado errores y opiniones.
—Se dijo que usted iba a liderar listas de candidatos a consejeros en la Magistratura. ¿Se lo propusieron?
—No hemos hablado de eso, pero pensé que serían buenos candidatos Alejandro Slokar –hombre de Zaffaroni y juez de la Cámara de Casación–, pero también el juez Alejo Ramos Padilla.
—¿Le preocupan las críticas que los vinculan como un brazo del Gobierno?
—Uno crece con las críticas. Nuestra pretensión es cambiar cosas. Nos preocupa el acceso a la justicia, el perfil del juez y las políticas para mejorar el Poder Judicial. Consolidaremos filiales en todo el país.