Para el líder camionero son parte de su familia y socios en un modelo exitoso de gestión gremial. Para sus detractores, son el talón de Aquiles de Hugo Moyano y un engranaje clave de los negocios que lo tienen en la mira judicial. Más allá de las definiciones, los Zulet son hoy objeto de investigaciones por parte de la UIF y la Justicia por los vínculos de sus empresas con el sindicato de Camioneros y su obra social.
Liliana Zulet –tercera esposa y madre de su hijo Jerónimo– y sus hijos Valeria Salerno y Juan Manuel Noriega Zulet controlan la constructora Aconra SA, la firma textil Disey SA y la gestora de salud Iarai SA; también participan en Caminos Protegidos SA, la ART del sindicato de choferes. Todas estas sociedades tienen como su principal actividad económica los negocios con el gremio y la Obra Social del Sindicato de Camioneros (Oschoca).
Los Zulet tienen una activa participación en las firmas que proveen servicios de gerenciamiento, seguros, uniformes al imperio gremial que llevan como estandarte Hugo y su hijo Pablo Moyano. También dirigen la constructora responsable de las principales obras del sindicato. Noriega Zulet es amante de los tatuajes, los autos y gusta de mostrarse en redes sociales junto a la instructora de gimnasia Florencia Martínez Cabrera. Salerno, en cambio, cultiva el bajo perfil.
Liliana siempre estuvo presente en las principales inauguraciones del gremio. Durante la reciente reinauguración del Sanatorio Antártida, en el barrio porteño de Caballito, Moyano reivindicó el rol de la constructora Aconra en el proyecto y agradeció especialmente a su mujer. Siempre que surge el tema, los Moyano reivindican este modelo de gestión y el rol de su familia política.
Zulet y Moyano se conocieron en los 90 durante un juicio en el que quien sería su mujer le demandaba una deuda al sindicato. En 2010 ya fue objeto de investigaciones la relación familiar y económica. Entonces se señalaban presuntas irregularidades en los negocios de Iarai SA y Oschoca. La denunciante era Graciela Ocaña, hoy legisladora del oficialismo, quien promete más denuncias cuando la historia de pelea entre el poder de turno y la familia Moyano se repite.
Las novedades judiciales que afectan a la familia Zulet y los Moyano tienen como principal impulsor a la Unidad de Información Financiera (UIF). Este organismo, dependiente del Ministerio de Justicia, detectó transferencias por más de $ 200 millones entre las firmas de los Zulet y el gremio y la obra social que lidera su marido. Además, se indicó que algunas de estas firmas habían adquirido propiedades en Parque Leloir que serían utilizadas por Pablo y Hugo Moyano.
La UIF también sacó a la luz el “sinceramiento fiscal”, en mitades exactas, de US$ 1,1 millones por parte de Salerno y Noriega Zulet. Sobre el hijastro de Hugo Moyano se señaló en el informe que había adquirido un BMW M4, por $ 2,4 millones, y la firma LOL SA. El año pasado también creó otra sociedad, Transporte Cronos SAS, dedicada a proveer servicios de “asesoramiento, dirección y gestión empresaria”.