Mas allá de lo prematuro de las definiciones con vistas a las elecciones presidenciales del 2011, algunas preocupaciones comenzaron a invadir a sectores políticos, como al denominado "peronismo disidente". "La principal preocupación del peronismo disidente hoy es, si va a haber internas en el PJ y con qué grado de transparencia", reclamó un dirigente que acompaña a uno de los eventuales competidores de Néstor Kirchner.
Las distintas vertientes creen que será difícil competir en internas partidarias. Consideran que, como se trata de internas abiertas, podrá votar cualquier persona que no sea peronista. Como -analizan- el resto de los partidos tendría su candidatura presidencial resuelta, sin necesidad de definirlas por los votos, creen que la gente no justicialista se movilizará a votar en la interna del PJ, contra Kirchner. En base a ello, argumentan que lo más probable es que se suspenda la aplicación de la reforma política para el 2011.
Lo cierto es que los referentes del Peronismo anti K como Eduardo Duhalde, Francisco De Narváez, Felipe Solá, Mario Das Neves o Alberto Rodríguez Saa, coinciden en privado en que es necesario confirmar si habrá internas, si serán bajo la actual Junta partidaria que hoy maneja Kirchner y qué garantía de transparencia hay.
"El gobierno tiene que reglamentar la ley, ya lo pidió la jueza Servini de Cubría", enfatizó un legislador nacional. En ese contexto, las reuniones que mantuvieron en los últimos días, por separado, De Narváez, Das Neves, Rodríguez Saá, Solá y el entrerriano Jorge Busti, encontraron un denominador común: "Queremos jugar dentro del PJ, pero dependiendo de cómo sean las reglas". No fue casual que hace 15 días Das Neves y Solá se reconciliaran, en un encuentro en la sede de la Casa de Chubut en esta ciudad.
Todos esos dirigentes han avanzado, por ahora, en agendas legislativas comunes, "para mostrarle a la gente que tenemos capacidad para coincidir", dicen.
No obstante, quien parece haber dado un paso más en su proyecto político y ante este complejo cuadro de situación, es Felipe Solá. Su bajo perfil de las últimas semanas parece responder a un armado que está haciendo de un equipo de trabajo, de 7 u 8 personas, entre las cuales se encuentran Martín Lousteau y Esteban Comte Grand, hijo de Augusto, peronista histórico aliado con Elisa Carrió. En ese grupo, desde ya, son infaltables las presencias de Roberto Mouillerón y Raúl Rivara. Con ellos, planificará su estrategia, discurso y propuestas, y comenzará a recorrer en las próximas semanas la provincia de Buenos Aires y distintos puntos del país.
Pero la carta secreta de Solá, es otra. En las últimas horas le ofrecieron la conducción del partido PAIS, que alguna vez llevará a José Octavio Bordón a competir con Carlos Menem en las presidenciales de 1995, obteniendo 5 millones de votos. Obviamente que ese partido carece de protagonismo en la agenda política diaria. Pero la sigla PAIS posee presencia en casi todo el país -salvo un par de provincias-, transformándolo en un espacio potable para cualquier proyecto presidencial que no encuentre cobijo en el PJ o la UCR y necesite un partido reconocido legalmente a nivel nacional, tal como lo exige la reforma política.
Si no encuentra las condiciones claras para competir en la interna del PJ, Felipe Solá, como de seguro otros dirigentes peronistas que no comulgan con los Kirchner, podrán refugiarse en PAIS y competir sin inconvenientes en el 2011, desde allí.
Está claro que todo transita en el terreno de especulaciones. Pero especuladores políticos, al menos en la Argentina, sobran.
(*) Agencia DYN