En el clima distendido de la fiesta de los premios Perfil a la excelencia periodística los políticos se sintieron en su salsa, muy cómodos. Igual, debido a la pluralidad de invitados, a veces resultó imposible no cruzarse con un enemigo político, lo que generó algunas asperezas.
Mauricio Macri se topó con Aníbal Ibarra, por poner un ejemplo. Y al ex jefe de Gobierno le ocurrió lo mismo cuando lo vio al también ex Jorge Telerman, que asumió cuando él fue destituido. Hubo saludos protocolares, pero de amistad cero.
Ni se cruzaron miradas el titular de la Unión Cívica Radical, Gerardo Morales, y el vicepresidente Julio Cobos, enfrentados públicamente por el manejo del centenario partido. Y eso que casi se chocan cuando el mendocino salía del salón.
La más cordial fue Gabriela Michetti quien dialogó largo y tendido con todos los que se le acercaron. La vicejefa de Gobierno, que suena en algunas esferas como posible candidata presidencial en un hipotético duelo con Elisa Carrió, repartió sonrisas y fue, sin dudas, pura simpatía.
Al que nadie se quería acerca era a Juan Carlos Blumberg, cuya popularidad viene bajando desde hace meses y es, hoy, lo que se podría definir como un "pianta-votos", personajes marginados dentro del mundillo de la política.
Las peleas entre el PRO y Recrear no tuvieron lugar porque Ricardo López Murphy pegó el faltazo. El flamante presidente del partido que fundó el Bulldog, Esteban Bullrich, actual ministro de Desarrollo Social porteño llegó con la comitiva macrista, en la que también estaba Horacio Rodríguez Larreta.
Hubo un poco de todo: sonrisas, críticas y brindis. La actualidad política también estuvo presente y el tema que monopolizó las charlas fue, como se esperaba, la puja que mantiene la gestión de Cristina Fernández de Kirchner con el campo.