Acaso los placeres mundanos ayuden al ministro de Economía, Martín Lousteau, a sortear los sinsabores de la política. Sin embargo, algunos gustos le pueden terminar costando caro. Lousteau asistió el domingo pasado a ver en Palermo la final de la Copa Telmex de tenis, invitado por el Deutsche Bank a su palco VIP. El detalle de la acción del jefe del Palacio de Hacienda no es menor: violó la Ley de Etica Pública.
La ley 25.188, sancionada a fines de 1999, en su artículo 18 dice: “Los funcionarios públicos no podrán recibir regalos, obsequios o donaciones, sean de cosas, servicios o bienes, con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones. En el caso de que los obsequios sean de cortesía o de costumbre diplomática, la autoridad de aplicación reglamentará su registración y en qué casos y cómo deberán ser incorporados al patrimonio del Estado, para ser destinados a fines de salud, acción social y educación o al patrimonio histórico-cultural si correspondiere.”
Así es que Lousteau aceptó, en términos ético-legales, el obsequio de un servicio que debería haber pagado de su bolsillo. No hubiera significado demasiado para su salario ministerial. El palco más caro para ver la final que David Nalbandian le ganó a José Acasuso costaba 150 pesos. Y como fue acompañado por su novia Ana, el joven ministro hubiera tenido que abonar 300 pesos.
Caja de ahorro. Fuentes del Deutsche Bank confirmaron a Perfil la invitación que hicieron a Lousteau y que el ministro disfrutó, como amante del tenis que es. En la entidad explicaron también, en estricto off, que el presidente del Deutsche en la Argentina, Luis Caputo, tiene muy buena relación con el joven funcionario. De hecho, en lo formal suelen reunirse para charlar de la problemática bancaria, ya que Caputo además integra la cúpula de ABA (Asociación de Bancos de la Argentina).
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