En búsqueda de encontrar un término medio que sintonice entre las relaciones carnales de la década menemista y el trato distante del kirchnerismo, el embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau, se reunió el pasado jueves con el presidente de Estados Unidos, Barak Obama. En el encuentro, que se llevó a cabo en la Casa Blanca, Lousteau le presentó formalmente sus credenciales como representante argentino. Luego del encuentro, el diplomático explicó su decisión de "construir la mayor cantidad de vínculos posible" y terminar con "relaciones de enamoramiento y enojo" con ese país.
El ex ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner definió, en diálogo con el diario La Nación, por dónde pasará el nuevo objetivo con el país norteamericano. "Hay que construir la mayor cantidad de vínculos posible, y la comprensión más cabal de la Argentina, que no sea superficial", sostuvo. Y graficó esta tarea como "un trabajo de orfebrería".
A diferencia de la postura de enfrentamiento en el discurso, Lousteau instó a construir más canales de comunicación con la potencia mundial: "Cuanto más fluidas y más líneas de vinculación haya, más sólida va a ser la relación y más representativa de lo que es cada país".
Holdouts: mantener la postura, pero con diálogo
Uno de los temas más esperados y que todavía no habían sido expresados con claridad por el gobierno de Mauricio Macri era el tipo de relación que se iba a establecer en la negociación de la deuda con los fondos buitre. Sobre este punto, el economista sostuvo que "la postura argentina está clara", aunque enfatizó en la necesidad de proteger "los intereses sentándose a defenderlos, dialogando".
"Algunas posturas de la Argentina en el pasado hicieron que los holdouts pudieran caracterizar al país de una manera que le impidió aprovechar oportunidades en otras áreas", expresó.