El represor Luis María Mendia, ex comandante de Operaciones Navales, quien está sindicado como el marino que anunció los "vuelos de la muerte" en 1976 para eliminar a opositores durante la última dictadura, asumió hoy "todas las responsabilidades" en el accionar de las tropas a su cargo, durante su declaración indagatoria.
En su ampliación de indagatoria ante el juez federal Sergio Torres, Mendía dijo haber firmado el
Placintara (Plan Capacitación contra Insurgencia Terrorista de la Armada Argentina).
En dicho plan, se daban
instrucciones precisas para la "lucha contra la subversión" e incluso se planteaba
la "
eliminación física a través de los aviones que, en vuelo, arrojarían los cuerpos vivos y
narcotizados al vacío".
La comparecencia del ex "número tres" de la Armada cuando el comandante era
Emilio Eduardo Massera, se produce en el marco de la
"megacausa ESMA" donde se investigan los crímenes ocurridos
en ese centro.
Mendia, de 82 años, fue
trasladado de su domicilio, donde cumple prisión preventiva
domiciliaria.
Ingresó con muletas y vistiendo traje y corbata al juzgado federal número 12 de
Sergio Torres, informó la agencia de noticias
DyN.
Según confesó públicamente en 1995 el arrepentido capitán de corbeta
Adolfo Scilingo, que actualmente cumple 640 años de condena
en España, Mendía, en marzo de 1976, habría sido el encargado de comunicar a los oficiales de la
Armada que la fuerza iba a ejecutar los llamados
"vuelos de la muerte".
Ello habría ocurrido el 10 de marzo en el cine de la base naval de Puerto Belgrano ante 900
oficiales del mar y allí Mendía confió que arrojar los prisioneros al mar, previo doparlos con
"pentonaval", había sido consensuado con la jerarquía de la
Iglesia Católica como una forma de
"muerte cristiana", siempre según Scilingo.
En este mismo legajo de la denominada "megacausa ESMA", hace una semana amplió su declaración
indagatoria el destituido capitán
Jorge "Tigre" Acosta, quien al referirse al proceso
judicial en su contra consideró que "es claro que estamos en presencia de la continuación de la
guerra civil de características terroristas revolucionarias que se iniciara en los años 70".
Y su ex camarada y destituido capitán
Alfredo Astiz, en un brusco giro de su estrategia
defensiva, habló por primera vez en una declaración indagatoria para responsabiliar a "agentes
encubiertos" de Francia del secuestro y homicidio de las monjas francesas Alice Domon y Leonie
Duquet.
A la vez pidió al jefe de Estado Mayor de la Armada, almirante
Jorge Godoy, que lo releve de la obligación de guardar
secreto "respecto a las tareas de inteligencia efectuadas" en relación a los secuestros ocurridos
en la Iglesia de Santa Cruz, donde fue secuestrada una monja y familiares de desaparecidos.
Como Astiz advirtió que se reservaba
"el derecho de efectuar similiar petición al Señor Presidente de
la Nación en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas", 48 horas más tarde,
el viernes pasado, Néstor Kirchner decretó el levantamiento del secreto de Estado para los ex
represores imputados en causas judiciales.
Fuente:
DyN