Mauricio Macri decidió dejar de esperar a la UCR para cerrar una alianza y comenzó a lanzar a la arena política una serie de candidatos “amarillos” en todas las provincias. La nueva estrategia supone que, hasta fin de año, no habrá definiciones sobre el esquema de acuerdos y que, aquellos dirigentes radicales que quieren ganar sus provincias, deberán tomar una decisión dados los coqueteos que mantienen con Sergio Massa.
Hoy, confían en el PRO, el acuerdo con la UCR no es una prioridad. A pesar de que hay conversaciones en ocho provincias con radicales con serias chances de llegar a la gobernación, la relación quedó en “stand by”. No es un dato menor: los macristas amenazan con quitarles votos decisivos.
La semana pasada en un plenario partidario el titular de la mesa nacional del PRO, Humberto Schiavoni, fue claro: “La decisión está tomada. PRO competirá con candidatos propios en todo el país. La idea de cambio que estamos proponiendo es imparable”. Por ello en los próximos meses las recorridas de Macri, estarán vinculadas a la instalación de candidatos propios.
“Teniendo al candidato que más crece en todo el país, no podemos dejar pasar la oportunidad de generar liderazgos locales propios. Ya habrá tiempo para cerrar acuerdos”, explicó a PERFIL el legislador porteño Francisco Quintana, quien está a cargo del armado en La Rioja. Allí hubo conversaciones con el diputado Julio Martínez (UCR) pero no se cerró nada. El mismo caso se da en Tucumán, donde el macrismo mantuvo diálogos con el radical José Cano, pero ante su doble juego con Massa, decidió lanzar al empresario Facundo Garretón. Escenario similar en Jujuy: mientras el senador Gerardo Morales habla con el líder del Frente Renovador, el PRO tiene previsto presentar al médico Jorge Gronda, reconocido por su trabajo social con las mujeres de la puna jujeña. En Salta Juan Collado, quien trabaja con los emprendedores locales, fue el elegido para instalarse.
En Mendoza, donde la UCR es fuerte, Omar de Marchi; en Misiones, Alfredo Schiavoni; y en San Juan, el diputado Eduardo Cáceres se perfilan como candidatos “puros”. En Santa Fe y en Entre Ríos, independientemente de un acuerdo, el PRO ya muestra dos candidatos competitivos: Miguel del Sel y Alfredo De Angeli. Córdoba y La Pampa son la excepción: en ambos está muy avanzado un acuerdo con la UCR.
En la provincia de Buenos Aires se siguen buscando figuras para sumar a Jorge Macri (intendente de Vicente López), al ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti (en Lanús), y al ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro (en San Isidro). “Dialogamos con todos, pero buscamos gente nueva que vea en la figura de Mauricio una persona para gobernar”, apuntó Alex Campbell, concejal de San Fernando y candidato a intendente.
A la mesa con los sindicatos. Pensando en la gobernabilidad, en caso de llegar a la Casa Rosada, Macri armó una “mesa sindical” que le permite estrechar lazos con los caciques de los gremios más importantes del país.
La “mesa” ya comenzó a trabajar: lo reunió con Hugo Moyano y Amadeo Genta (municipales porteños), Roberto Fernández (colectiveros) y Luis Barrionuevo, hasta sindicalistas de la CGT oficialista. También gremios vinculados al sector energético y de la construcción.
En las reuniones, generalmente distendidas y con asados con liturgia peronista, el líder del PRO les transmite que su idea es generar más inversiones, les asegura que subirá el piso del impuesto a las Ganancias y les pide, a cambio, que haya un clima de paz social. Macri juega con la idea de que Massa les pedirá muestras de apoyo explícito y que Scioli repetirá el esquema kirchnerista de relación conflictiva.
La mesa sindical está integrada por el diputado Jorge Triaca (hijo), entre otros.