POLITICA
arranco la veda

Macri intentó transmitir su optimismo a los ministros con un asado en Olivos

El Presidente compartió un almuerzo relajado con todo su gabinete. Mientras algunos funcionarios se contagiaron con su arenga, otros trataron de disimular su escepticismo.

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Mesa. Bajo la arboleda de la quinta, el primer mandatario se entusiasmó con el cierre de las marchas del “Sí se puede” en Córdoba. | Presidencia

Mauricio Macri pasó el día de ayer en la residencia de Olivos y aprovechó las primeras horas de la veda electoral para almorzar con su gabinete. En rigor, se sumó a la comida que suelen tener los funcionarios sin el Presidente desde hace más de un año.

Entre asado y ensaladas, y en una mesa acomodada entre la arboleda de la quinta presidencial, Macri se distendió con sus ministros y reiteró allí su convencimiento de que habrá ballottage contra Alberto Fernández luego de la elección de mañana. “Vamos a llegar”, se escuchó, a modo de aliento, durante la comida.

En la charla informal con el gabinete también se los vio entusiasmados a aquellos que acompañaron al jefe de Estado al cierre de campaña en Córdoba capital. Según pudo saber PERFIL, hablaron de la masividad del acto –unas 80 mil personas–, la euforia de los asistentes y del “cambio de ánimo” que supuso las marchas del “Sí se puede” que llevó a Macri por treinta ciudades en un mes.

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En tierras cordobesas debutó Juliana Awada, la primera dama, con un pequeño speech, alentada por el Presidente y los gritos de los manifestantes. Ya en Rosario había tomado el micrófono para agradecer y en Córdoba se extendió un poco más y habló de los valores y la paz que implicaban las marchas del macrismo. De todos modos, nadie en el oficialismo se aventura a una Awada política en el futuro.

Como sea, en el almuerzo relajado de ayer bajo los árboles se pudo ver a Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad (no se sacó los anteojos negros en todo el evento), quien vaticinó un escenario muy complejo en las calles si el oficialismo entra en el ballottage. Por su lado, Hernán Lacunza (Hacienda), quien salvo en Mar del Plata no participó de los actos partidarios siquiera los de la gobernadora María Eugenia Vidal, se sentó en una de las puntas de la mesa, muy cerca de su amigo Rogelio Frigerio, el ministro del Interior, quien no ocultó su aburrimiento en el encuentro. Carolina Stanley (Desarrollo Social) prácticamente no emitió palabra alguna durante el almuerzo mientras Dante Sica (Producción) estuvo más locuaz. Fernando de Andreis, secretario General de la Presidencia, fue quien monitoreó el asado ya que los cocineros de Olivos están a su cargo. Además participaron Miguel Etchevehere, de Agroindustria; Alejandro Finocchiaro, de Educación y candidato a intendente en La Matanza; el canciller Jorge Faurie y el ministro de Justicia, Germán Garavano.

También estaba el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y buena parte de su equipo: el secretario de Comunicación Pública, Jorge Grecco (al lado del Presidente), Lucía “Luchi” Aboud (subsecretaria de Relaciones Parlamentarias), el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; y el subsecretario de Comunicación, el joven Gustavo Gómez Repetto.

En una de las puntas de la mesa estuvo ubicado el abogado José Torello, parte de la “mesa jurídica” de la Casa Rosada y asesor presidencial, quien no pocos apuntan como uno de los que podría desfilar por los tribunales a partir de diciembre si el macrismo mañana pierde en primera vuelta.

Por lo pronto, la cancha de fútbol de Olivos sigue intacta: después de las PASO jamás se reactivaron los picaditos que organizaba el vocero presidencial, Iván Pavlovksy.