Mauricio Macri levantó el perfil. La derrota del oficialismo en el Senado, las fracturas en el bloque kirchnerista y la creciente inseguridad lo motivaron a criticar más al oficialismo, a condicionar su futura reunión con el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y a mostrar más su gestión en la Ciudad. Incluso mantuvo una reunión con Felipe Solá, donde debatieron el futuro del peronismo, doctrina que Macri abraza pero de lejos.
De hecho, en la intimidad el jefe de Gobierno porteño se anima a citar a Perón para graficar sus contantes peleas al mando del Gobierno de la ciudad. "Para hacer una tortilla, como decía el General, hay que romper huevos, no hay otra manera", dijo al blog de la Ciudad "Aire y Luz", en una entrevista con su asesor y filósofo de cabecera, Alejandro Rozichner. "Yo disfruto mucho el trabajo, todos los días me levanto de la cama pensando que hoy vamos a hacer algo que cambie nuevamente la realidad y eso a mi me genera una enorme satisfacción, dinámica y ganas de seguir y pelear, porque acá hay que pelear todos los días con casi todo el mundo", agregó.
Los contactos con el peronismo ya empezaron y no se detendrán. Macri no descarta sentarse con otros peronistas disidentes como José Manuel De la Sota, Juan Carlos Romero y los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá. Aunque marcó sus reparos sobre sacarse una foto con los "peronistas malos", como él define a Eduardo Duhalde, Luis Barrionuevo y Jorge Busti.
L a muerte del bache. El domingo pasado Macri estuvo en los dos programas políticos de horario central, La Cornisa y Hora Clave haciendo hincapié en su gestión y señalando sus diferencias con la desgastada gestión de Cristina Kirchner. Allí, cuando se le preguntó por su futuro "presidenciable" en 2011, él prefirió esquivar la respuesta y en su entorno afirman que sólo piensa en 2009.
Lo cierto es que la inseguridad, revivió sus críticas al Gobierno y su pedido de tener una policía propia, con traspaso de recursos incluido. Hoy, además, cuestionó la inflación del Indec a la que calificó como un "disparate". En este contexto, Macri incluso se animó a anunciar la muerte del bache.
"Hoy estamos tapando más de 2000 baches por mes y se generan mil y pico nuevos, entonces la ecuación va bajando y nosotros creemos que para el segundo semestre del año que viene el bache es un mal recuerdo de la ciudad de Buenos Aires, le hemos ganado la guerra al bache", prometió al blog informal de la ciudad.
"Siempre y cuando las empresas de servicio público acepten este nuevo cambio, que es que ellos rompen con permiso nuestro, pero nosotros reparamos, con nuestras empresas" aunque "ellos pagan, obviamente", afirmó el porteño, para luego agregar en tono irónico "es dificil que el cartonero pague", en referencia a sí mismo y al apodo "Cartonero Báez" que le puso Diego Maradona cuando Macri, como presidente de Boca, se negó a darle un aumento de sueldo al plantel.