Mauricio Macri sabe que sólo con la fuerza del PRO no logra llegar fortalecido a las elecciones presidenciales de 2015, según los últimos sondeos. Por eso, en las últimas semanas ha mantenido diversas reuniones reservadas con dirigentes de UNEN. Los contactos se intensificaron en los últimos días. Y una de las protagonistas del acercamiento fue Elisa Carrió, quien sorprendió con gestos de cordialidad a legisladores del PRO en la Cámara de Diputados.
El cálculo que aparece detrás de los movimientos del jefe de Gobierno porteño es la necesidad de sumar una fuerza para incidir en una competencia por la presidencia de 2015 que, por ahora, tiene al diputado Sergio Massa y al gobernador Daniel Scioli a la cabeza.
Tanto dentro del macrismo como los referentes de UNEN, que agrupa a la UCR, Carrió y los socialistas, entienden que la campaña presidencial se aceleró en las últimas semanas. Terminará de intensificarse tras el Mundial, cuando formalmente se lancen los candidatos a recorrer distritos y jugar a ver quién llega mejor parado a las elecciones primarias.
En ese contexto, Macri revisa las encuestas que le acercan sistemáticamente para definir sus próximos pasos. Una polarización entre Massa y Scioli lo dejaría definitivamente sin posibilidades. Pero entrar a la segunda vuelta, hoy una tarea difícil, con el empujón de UNEN, lo dejaría mucho mejor parado. Existe un problema adicional: el jefe de Gobierno cosecha votos en un electorado emparentado a los simpatizantes de Massa. Por lo tanto, Macri más que ningún otro se vería perjudicado si un retador de UNEN logra polarizar la competencia presidencial con los postulantes surgidos del justicialismo.
La candidatura a vicepresidente es el puesto que serviría como moneda de cambio para un eventual acuerdo entre UNEN y PRO. Uno de los armadores políticos que se acercaron y tratan de convencerlo de la necesidad de un acuerdo panpartidario es Enrique “Coti” Nosiglia, un veterano del radicalismo. Le armó reuniones a Macri y trata de convencer a ambos sectores de que la única forma de tener más chances en 2015 es con un acuerdo.
Pero una alianza entre PRO y UNEN inauguraría tensiones dentro del macrismo. Un ejemplo: el único distrito donde Macri es fuerte es la Ciudad, donde Horacio Rodríguez Larreta, hoy jefe de Gabinete, aspira a suceder a Macri. Pero de concretarse un acuerdo con UNEN, Martín Lousteau podría aspirar a ese mismo cargo. Y si la alianza pierde las elecciones presidenciales, el macrismo podría quedarse sin el sillón de Rivadavia y, además, sin la Ciudad.
