La fecha de la cumbre entre Mauricio Macri y Donald Trump, en Washington, ya está definida, pero el Gobierno intenta todavía no difundir cuándo se va a concretar. Sin embargo, los equipos diplomáticos de ambos países ya están trabajando activamente para pulir detalles de ese encuentro, que será la última semana de abril.
Ese será el eje central de una reunión que mantendrán esta semana la canciller Susana Malcorra con el embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau. Desde Cancillería intentaron bajarle el tono al afirmar que habrá otros temas también en carpeta y que no podían confirmar la fecha de la cumbre. Sin embargo, el objetivo principal del encuentro será seguir puliendo los detalles de la visita.
Fuentes de la Casa Rosada, en tanto, aceptaron que ya hay una fecha confirmada, pero eludieron darla a conocer. El problema es que en la administración de Cambiemos temen que la foto Macri-Trump termine generando un efecto negativo, por la mala imagen que tiene el mandatario estadounidense. Una cosa eran los cálidos encuentros con Barack Obama y su familia, donde se mostraban imágenes de los mandatarios distendidos, en confianza. Otra muy distinta puede ser la de Macri con Trump. Los antecedentes, además, muestran que las cumbres que el presidente de Estados Unidos mantuvo con otros mandatarios (como la alemana Angela Merkel o la británica Theresa May) siempre dejaron una imagen inesperada (por el lado de Trump).
Además, la bilateral tendrá un impacto especial ya que se trataría de la primera que Trump le concede a un presidente latinoamericano.
En las últimas semanas, fuentes del oficialismo explicaban que la reunión se iba a realizar entre abril y junio, atados sobre todo a la agenda de Trump. Sin embargo, existía un factor que al Gobierno lo movilizaba para acelerar el encuentro: en mayo Macri viaja a China (en una gira que también incluirá Japón), para cerrar acuerdos bilaterales, como la construcción de dos centrales nucleares. La canciller Malcorra, cuando se reunió con su par estadounidense en Alemania, en febrero, le habría manifestado la intención argentina de que la reunión fuera antes de ese viaje a China.
Macri y Trump ya mantuvieron una conversación telefónica, el 15 de febrero. Con un pasado empresarial común, los dos mandatarios se reencontraron y tuvieron una charla cordial, según se difundió. El propio Macri, en reuniones posteriores, contó que se trataron de “amigos” (Trump le dijo “Hello, my friend”) y quedaron en reunirse en poco tiempo. Días después, el Presidente se mostró confiado en que la relación bilateral, que se había reforzado en el primer año macrista por los encuentros con Obama, no iba a sufrir tensiones con el cambio de rumbo que emprendía Estados Unidos.
La otra reunión de Lousteau en la que hablará del tema será con el ministro de la Producción, Francisco Cabrera. Allí, uno de los ítems principales, será la cuestión de la exportación de limones a Estados Unidos, algo que se frenó cuando asumió Trump.