Los primeros días de febrero el ex presidente Mauricio Macri volverá a estar activo en Buenos Aires. Pero seguirá con un estricto bajo perfil: salvo alguna cuestión puntual, el ex mandatario no piensa en volver a la arena pública. En concreto, entre sus íntimos asegura que hay que “dejar gobernar” a Alberto Fernández y que cualquier declaración suya lo “sube al ring” con el oficialismo.
“Mauricio piensa que no es momento de hacer olas, no quiere ser el blanco que desvíe la mirada hacia él y no a las políticas del gobierno actual y sus consecuencias”, plantea ante PERFIL uno de los ex funcionarios que aún mantiene un contacto cercano.
Esto implica que sostendrá su silencio sobre la coyuntura política y económica, aunque, por lo bajo, seguirá deslizando una visión pesimista del futuro del Gobierno, en particular en materia de política internacional, en los temas judiciales y el rumbo general del país.
A su regreso retomará el armado de su fundación –sin nombre aún– y se dedicará a armar charlas sobre distintas temáticas para dictar, especialmente, en el exterior.
En cuanto a la oposición, quiere ser parte de la coordinación de la mesa que integren el PRO, la UCR y la Coalición Cívica. La unidad del frente opositor es uno de sus objetivos, según les dejó claro a sus interlocutores. “Vamos a ser parte de una oposición responsable”, planteó.
En esa mesa estarán los presidentes de los partidos: Patricia Bullrich, quien asumirá el 10 de febrero la presidencia del PRO, Alfredo Cornejo, por la UCR, y Maximiliano Ferraro, por la Coalición Cívica. A ellos se sumarán otros actores: los tres gobernadores (Gerardo Morales de Jujuy, Gustavo Valdés de Corrientes y Rodolfo Suárez de Mendoza) más el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y seguramente habrá lugar para María Eugenia Vidal y diputados como el radical Mario Negri y el senador Humberto Schiavoni del PRO, entre otros.
Por ello, Macri limitará sus apariciones públicas a la mínima expresión. “Si hay cuestiones puntuales, puede que reaparezca. Pero piensa que es momento de que crezcan otros y que el frente se mantenga unido”, acota otra fuente que tuvo trato cotidiano con el ex presidente durante los cuatro años en Casa Rosada.
En sus flamantes oficinas en Vicente López hay pocos despachos; una parte de sus asesores trabajarán en la sede partidaria del PRO en la calle Balcarce. Entre los más cercanos seguirá a su lado Fernando de Andreis, el ex secretario general de la Presidencia y prácticamente un integrante más de su familia (mantiene un vínculo muy cercano con los tres hijos mayores de Macri).
También Darío Nieto, quien trabajaba como secretario privado del ex jefe de Estado y ahora colaborará con la agenda personal de Macri.
Entre los ex ministros, además de Bullrich, a quien erigió para presidir el partido que fundó, seguirá Guillermo Dietrich (Transporte), quien ya se transformó en amigo del ex mandatario (hasta sus mujeres comparten una amistad).
También volverá, con bajísimo perfil, Marcos Peña, el ex jefe de Gabinete que cosechó enemistades, sobre todo en los últimos dos años de gestión. Peña, quien pasa sus vacaciones en las playas de Uruguay (al igual que los últimos años), lo ayudará a quien lo eligió para ser su sombra durante cuatro años. Peña no tiene pensado sumarse a la mesa política del frente opositor, pero será un colaborador dilecto para las charlas y conferencias que quiere dar Macri.
Además, el ex jefe de Estado sumó a su equipo al ex subsecretario de Comunicación Pública Gustavo Gómez Repetto, quien será el hombre que manejará la relación con los medios de comunicación en esta nueva etapa y coordinará el trabajo con el equipo partidario del PRO.