POLITICA
Su crecimiento econmico los puso bajo la lupa de la Justicia

Maltratados e investigados, el karma de los secretarios privados K

Son el primer dique de contención de la ira de los mandatarios, tenían que estar a sol y sombra junto a ellos. Galería de fotos

 Muñoz entre el 2003 y el 2008 tuvo un incremento patrimonial de 11.180 por ciento. 
| Cedoc.

Ser secretario presidencial abarca numerosas responsabilidades y presiones a diferencia de cualquier asistente, pero también tiene algunos "beneficios": según confirmaron fuentes del antiguo Gobierno a PERFIL ser asesor presidencial es una tentación para aquellos que quieren traficar influencias o enriquecerse. 

Pasaron varios años de la etapa kirchnerista y más secretarios privados: Juan Francisco “Tatú” Alarcón, Héctor Humberto Farías Brito, Héctor Osvaldo Patrignani, Martín Aguirres, Mariano Cabral, Fabián Gutierrez, Daniel Álvarez, Héctor Muñoz,  Isidro Bounine, Pablo Barreiro y Ricardo Barreiro.

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Son los hombres que le llevan las valijas en los viajes y aguantan sus rabietas sin chistar. Son sus secretarios privados. Han soportado todo tipo de presiones al asesorar a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner. Fueron el primer sostén ante cualquier reacción de ira, apoyaron día y noche al entonces matrimonio presidencial y realizaron cualquier pedido que se les ordenara. Los conocen como nadie. 

Sin embargo, el estrés no es gratis: todos han sorprendido a la Justicia con exorbitantes aumentos patrimoniales en cortos períodos, casualmente, los mismos en los que ocuparon ese cargo. Varios han sido investigados por enriquecimiento ilícito, aunque también sobreseídos en su mayoría.

Fabián Gutiérrez. El primero en renunciar, en enero de 2010, fue Fabián Gutiérrez, hasta entonces, el hombre de mayor confianza de Cristina. Desde que los Kirchner llegaron al poder su patrimonio creció un 765%. Además de varios negocios privados, el entonces secretario se construyó una mansión de 480 metros cuadrados en El Calafate.

Daniel Alvarez. Renunció en febrero de 2010. Su patrimonio empezó con seis mil pesos y llegó hasta casi los 300 mil pesos cuando se fue, con varios terrenos en El Calafate. Alvarez sigue teniendo relación con CFK.

Héctor Muñoz. Se fue con un crecimiento de sus bienes y también investigado por la Justicia. Entre el 2003 y el 2008 tuvo un incremento patrimonial de 11.180 por ciento. 

Isidro Bounine. Se retiró en diciembre de 2011. Apenas tenía 15.000 pesos en una cuenta bancaria cuando llegó a la Casa Rosada en el 2005 para asistir al ex presidente Néstor Kirchner. Pero la prosperidad K también le llegó y en 2008 sus bienes ascendieron a 830.254 pesos. El incremento patrimonial fue de 5.435 por ciento. 

Martín Aguirres. Se fue en marzo del año pasado, mostró un crecimiento patrimonial de 260%. Empezó con 320 mil pesos y su declaración jurada final fue de $ 1.150.000, acumulando varias propiedades. Empezó el año con $ 320 mil y su declaración final fue de $ 1.150.000. El ahora ex funcionario depositó sus inversiones en su ciudad natal, Chivilcoy. Allí construyó una casa valuada en 400 mil pesos sobre un lote cotizado en $ 40 mil, según La Nación.

Pero además acumula propiedades: una casa, un terreno, dos lotes y la mitad de un departamento. Percibía, al momento de su renuncia, $ 600 mil pesos anuales de salario.

Ricardo Barreiro. Era el modesto jardinero del matrimonio Kirchner en la casa que ellos tenían en Río Gallegos, cuando Néstor era gobernador. Ascendió, sin escalas, a secretario privado del presidente de la Nación en 2003. Luego se retiró para dedicarse a los negocios. Es, al mismo tiempo, padre de Pablo Barreiro, el secretario privado de Cristina Kirchner, que le administra las redes sociales y que la sigue a todos lados.

Es dueño de un hotel de cuatro estrellas en Tucumán. Es, también, administrador del hotel Los Sauces, de la familia Kirchner, en Santa Cruz. Inauguró el año pasado un coqueto restaurante en El Calafate, y ayudó a construir el Hotel Mora en la localidad de Los Antiguos. También fundó una compañía de transporte y una de limpieza. Barreiro es, lo que se dice, un empresario próspero. Lo que nadie puede explicar con claridad es con qué construyó su fortuna.

Pablo Barreiro. Es uno de los hijos que más aprovechó los contactos que abrió el padre, Ricardo. Fue el secretario privado preferido de Cristina Fernández Kirchner y le administraba las redes sociales.

Según informó la revista Noticias, en 2006, con 23 años apenas cumplidos, creó la empresa RP Transporte SA, pero en abril de 2007, unos meses después, entró a trabajar como encargado en el Hotel Los Sauces, en Calafate, propiedad de la familia Kirchner. Luego, en junio de 2008, renunció a ese trabajo para pasar a ser el “encargado” de la empresa que ya presidía desde 2006. Continuó al frente de RP Transporte, hasta que a finales de 2009 pasó a ser chofer de Mr Clear, la última empresa en la que trabajó antes de ser el fiel secretario K.

Cuando se convirtió en asistente de Cristina, sobre el joven Barreiro pesaba el legado de sus antecesores. Cuatro secretarios K fueron investigados por la Justicia, y en algunos casos sobreseídos, debido a sus llamativos enriquecimientos. A fines del año pasado, se conoció otro de sus emprendimientos junto a su padre: el restaurante Campo Grande. Este exclusivo local gastronómico fue inaugurado para el estreno de la película Néstor Kirchner.

Héctor Humberto Farías Brito. se fue de la función pública con un patrimonio de casi un millón y medio de pesos, con varias propiedades y terrenos, casa de veraneo, y cuentas en dólares y en euros. Brito era el antiguo jefe de despacho en el Senado de Cristina Kirchner, luego se convirtió en uno de sus asesores personales. De 2011 a 2012 su patrimonio creció en más de 200 mil pesos, hasta llegar a los $ 1.341.746, según la última declaración jurada presentada ante la Oficina Anticorrupción. En la misma, no están desagregados los bienes de su mujer, algo que hasta 2011 era una obligación para todos los funcionarios.

Juan Francisco “Tatú” Alarcón. Empezó como chofer de Néstor Kirchnery se convirtió en asesor de la jefa de Estado. Cuando ingresó a la función pública tenía un patrimonio negativo de más de diez mil pesos, según publicó PERFIL en octubre de 2013. En su última declaración jurada declara un patrimonio de más de 300 mil pesos. El suboficial de la Policía Federal omitió, como en las declaraciones anteriores, blanquear que es el propietario de un toro Gran Campeón de Palermo que vendió su semen en cinco paquetes de cincuenta dosis cada uno, en sólo un año. El animal es un formidable negocio y está valuado en 150 mil pesos, según publicó este diario el año pasado. Y le fue donado por una poderosa familia.