El resultado ya parecía inexorable cuando el teléfono de Mauricio Macri sonó. No lo atendió él sino uno de sus colaboradores. Del otro lado de la línea Cristina Kirchner. “Ingeniero lo quiero felicitar”, le dijo.
Además, lo invitó a una reunión mañana a las 19 en la quinta de Olivos para comenzar a diagramar la transición. Macri agradeció las palabras, le dijo que contaba con él para iniciar el camino de diálogo que lleve a una transición ordenada. También le habría expresado su beneplácito por cómo se habían dado los comicios: en paz y sin escándalos de fraude.
La conversación, que según fuentes del PRO se extendió apenas un par de minutos, fue el primer contacto que tuvieron ambos tras meses de nula relación. Si bien a comienzos de 2015 habían retomado el vínculo -hasta pensaron en avanzar en obras conjuntas-, CFK decidió enfriarlo y dedicarse a la campaña.
Durante ocho años de mandato, Macri intentó articular el trabajo con Nación. Desde obras hasta avales para créditos externos fueron ejes de disputa. El traspaso del subte sin fondos o la negativa a pasar la Policía Federal a la órbita de la Ciudad pusieron de manifiesto un serio enfrentamiento entre las administraciones.