Un solo camión de mudanzas alcanzó para terminar de vaciar –el viernes al mediodía– el petit hotel de uno de los personajes más polémicos de los 90. Así, finalmente, la propiedad de María Julia Alsogaray quedó lista para que la habiten sus nuevos dueños, que pagaron estra semana en remate judicial $ 3.680.000.
Libros, cuadros, diplomas de la Cámara de Diputados y de la Constituyente pertenecientes a Alvaro (su padre), un póster de Star Trek (El imperio contraataca), cajas con cubrecamas verdes y amarillos, sábanas, mantelería, algunos objetos de platería y hasta una lámina con un cuadro sinóptico en el que se explicaba cómo hacer para no llegar a la hiperinflación fueron algunas de las pertenencias que quedaban todavía en la casa. A pesar de que María Julia ya no vivía allí desde que se decidió el remate de su propiedad y pasa sus días en el departamento que tiene en el edificio contiguo –conectado por la medianera con el petit hotel–, el jueves ya habían comenzado a sacar el grueso de los objetos de la ex secretaria de Medio Ambiente menemista, bajo la supervisión de Marina, su ama de llaves.
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