“El que gana gobierna, el que pierde acompaña”. Eterna frase que el peronismo contempóraneo cumplió en casi todas las elecciones, puede volver a suceder. O, al menos, es la idea que tiene el intendente de Tigre y candidato a diputado, Sergio Massa.
El massismo comenzó a ofrecer a los intendentes K un acuerdo de paz, que se sostiene en dos pilares fundamentales: promesa de no agresión en los Concejos Deliberantes y la recuperación del PJ bonaerense. ¿Qué piden a cambio? Despegarse de la lista de que comanda el lomense Martín Insaurralde y apuesten por Massa. Saben que no será un salto de garrocha oficial, pero sí esperan que sea, al menos, de manera encubierta.
Massa tiene, actualmente, unos veinte intendentes de su espacio. Apuesta a sumar otros barones más. La manera de lograrlo es el voto "delivery", según informó Ámbito Financiero. Consiste en repartir boletas con un corte armado previamente que, en esta hipótesis, sería poner la boleta de concejales del intendente K con la de diputados nacionales de Massa.
De esta manera, se evitan que el pase sea tan drástico, algo que dejaría en evidencia la negociación. El intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, fiel al kirchnerismo, negó el pase: "En absoluto". "Los que estamos jugados en esta posición no tenemos un precio moral, ningún compromiso raro. Yo no podría estar en otro lugar que no sea este modelo", dijo a radio Metro.
Volver al PJ. Massa planea retomar el manejo del PJ bonaerense, que desde la muerte de Kirchner está bajo un frágil acuerdo interno. Quien quedó al frente, , por decantación, es Cristina Álvarez Rodríguez, ministra de Gobierno sciolista y presidenta del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón-Museo Evita: el elegido era Alberto Balestrini, quien, luego de su ACV delegó el cargo a Hugo Moyano, quien renunció en diciembre de 2011. Recién a mediados del año pasado, la sobrina nieta de Eva Duarte tomó el mando formal.
Para retomar la normalidad hacia dentro, el massismo promete realizar la elección de autoridades mediante el desarrollo de un Congreso, autoconvocado, que fije un calendario para la interna partidaria, para luego de las elecciones de octubre.