Un hombre asesinó a un comisario y a un funcionario judicial durante un allanamiento en la capital tucumana, y luego se quitó la vida.
El hecho ocurrió en horas de la tarde cuando efectivos policiales realizaban un procedimiento en un inmueble ubicado en la calle Crisóstomo Alvarez al 2.400, en el barrio de Floresta, al oeste de la ciudad, según informaron fuentes policiales al diario La Gaceta. Las víctimas fueron identificadas como el comisario Víctor Barraza, jefe de la división Delitos contra las Personas, y Manuel "Lalo" Uro, prosecretario de la Fiscalía VI.
Al parecer, el hombre se negó a colaborar con el allanamiento que se realizaba, y en medio de una negociación dentro del domicilio, tomó un arma y abrió fuego contra el personal policial y judicial, tras lo cual se quitó la vida con un disparo en la cabeza.
"El procedimiento dispuesto por la justicia se desarrollaba con el objetivo de convencer al homicida a no resistir la orden judicial y cuando todo parecía haber entrado en una situación controlada sucedió lo peor", agregó el secretario de Seguridad.
La Policía confirmó que Barraza fue trasladado gravemente herido hasta el Hospital Padilla, donde ingresó sin vida, mientras que Uro murió en el lugar de los hechos. El agresor fue identificado como Daniel Sirnio, hijo del ex inspector general de la Policía provincial Juan Sirnio, vinculado en causas de delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
El hombre que mató al comisario y al funcionario judicial había sido denunciado en agosto por violación por una mujer que, según su testimonio ante la Justicia, había llegado engañada al domicilio por una oferta laboral, y había sido secuestrada y violada durante horas.