El historiador Daniel Balmaceda, en esta entrevista con Perfil.com, revela la importancia que tuvo el 25 de mayo en el nacimiento de la Patria y la diferencia que tuvo con el 9 de julio, cuando se declaró la Independencia.
"El 25 de mayo, dice Balmaceda, logramos un gobierno autónomo y el 9 de julio un estado soberano. La semana de Mayo arrancó el 18 y terminó el 25 sin embargo en la misma ciudad de Buenos Aires y en muchas provincias no se percibía la Revolución. El primer acto de la Junta presidida por Saavedra fue enviar chasquis a los Cabildos de las provincias para informarles de lo ocurrido e invitarlos a sumarse a la Junta Grande. La reacción fue dispar porque mientras Montevideo no aceptó, Mendoza y Salta se plegaron a esta nueva idea de gobierno autónomo"
—¿Qué significó el 25 de Mayo y porqué no representó una independencia fáctica para cuya declaración final hubo que esperar 6 años más? Paradójicamente, se suele recordar más los protagonistas y situaciones del 1810, que de 1816.
—Lo curioso es que en términos básicos de conocimiento la Revolución de Mayo significó un cambio concreto. Mandaba el Virrey, llegó la revolución y comenzaron a mandar nueve integrantes de la Junta. En cambio la declaración de la Independencia fue algo más abstracto. La importancia de la Declaración de la Independencia supera por supuesto a lo que se logró el 25 de mayo. Tenemos un 25 de mayo donde logramos un gobierno autónomo y en la declaración de la independencia, logramos un Estado soberano. Entonces, ¿cuál es el significado del 25 de mayo y porqué no se avanzó más de eso? En realidad hay que tener en cuenta que lo que hizo Buenos Aires fue crear una junta de la misma manera que había ocurrido en España. Una vez que Fernando VII fue retirado del poder, se formaron la juntas de Cádiz, la junta de Sevilla. Por lo tanto, Buenos Aires lo que hizo fue replicar el sistema de juntas y siguió gobernando de la misma manera que habían hecho las juntas en España bajo la soberanía de Fernando VII. De hecho, la Primera Junta se llamaba en realidad Junta Provisional de Gobierno de la Soberanía del Señor Don Fernando VII. Justamente respondía a él. No se podía plantear más allá de un gobierno autónomo porque por empezar para generar una Independencia había que consultar al resto del territorio. —¿Cómo debemos imaginar a esta Buenos Aires de 1810 respecto de sus comidas, la vestimenta usada, los peinados y demás? —Tenemos algunos mitos creados en los actos escolares de las escuelas. Por ejemplo, el sereno, el que decía '¡Las 12 han dado y sereno!’, es muy posterior, es de la década de 1830. En 1810 no había serenos en Buenos Aires. Tampoco estaban los peinetones. Aquellos famosos peinetones que las chicas usaban en los actos son posteriores. Mariquita Sánchez de Thompson los pudo haber usado, pero a partir de 1828 cuando Manuel Masculino llegó a Buenos Aires y comenzó a vender ese tipo de peines. La ropa era muy sencilla. Las mujeres se hacían los vestidos que eran de un tiro alto. El hombre en general usaba levita, un saco con cola. Por supuesto, todos con sombreros. En cuanto a las ventas, sí se vendían empanadas. En los actos gritábamos ‘¡empanadas calientes que queman los dientes!’. Eso no podía pasar de ninguna manera porque uno compraba las empanadas en la recova, en el medio de la Plaza de Mayo, en un canasto que estaban semitapadas y que por supuesto a esa altura ya se habían enfriado. (Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a [email protected]