No hay nada como la radio para informar más y mejor en medio de conflictos tan dinámicos como el que protagonizan el gobierno y el campo.
El sábado pasado, desde La Red (AM 910) un grupo de periodistas con unos cuántos teléfonos, los contactos necesarios, instinto y actitud aprovechamos la herramienta al máximo.
Después de la detención de Alfredo De Angeli, y cuando las señales de noticias se quedaron sin móviles para cubrir la movilización espontánea a Plaza de Mayo y la toma de declaración al líder chacarero, la radio ya había contado todo lo que estaba pasando en ambos destinos, mientras decenas de oyentes ofrecían un panorama completo sobre lo que pasaba en las rutas más importantes del país.
Ayer volvió a suceder.
Los primeros incidentes entre quienes pedían el diálogo y los que defendían al gobierno en La Plata fueron reportados, otra vez, desde la radio. Y entre las 20:30 y las 23 horas los oyentes de La Red recibieron información desde las principales ciudades del país. Al mismo tiempo, otros oyentes ingresaban por una línea directa y sin filtro y sin el más mínimo insulto aportaban una mirada no contaminada sobre la compleja situación que vive el país.
En la radio, al contrario de la tele, hubo varios momentos para analizar e intentar comprender que era lo que estaba pasando. Hubo, por ejemplo, información anticipada de cómo algunos kirchneristas hasta ahora incondicionales le hicieron saber a Néstor que lo acompañarían solo hasta la puerta del cementerio.
En la radio se leyeron de inmediato los mensajes de texto que invitaban a la convocatoria y otros que, una vez instaladas las cacerolas en varias esquinas, sugerían dirigirse al obelisco. Y hasta pidió “aire” un oyente destacado, el empresario teatral Carlos Rotemberg, para decir lo mal que le olía este cacerolazo que él interpretaba como golpista.
En la radio el llanto de De Angeli no se pudo ver, pero se pudo contar con lujo de detalles.
En la radio, en las últimas horas, protagonistas que no aparecieron en la tele como Chiche Duahlde y el guardaespaldas de Moreno, Jorge “Acero” Cali, hablaron con soltura y honestidad brutal.
En la radio es casi imposible controlar lo que se dice, y eso la hace más fresca, más creíble y más honesta que cualquier otro medio.
*Especial para Perfil.com.