La jueza Sandra Arroyo Salgado habló de los resultados del peritaje de la querella en la causa que intenta esclarecer la muerte del exfiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman. En la conferencia de prensa que convocó el jueves confirmó que el hecho no se trató de un suicidio sino de un homicidio: “Lo mataron” dijo.
La funcionaria judicial de San Isidro manifestó que el informe de los peritos que trabajaron con la querella, consta de 100 páginas y citó: “No hubo espasmo cadavérico, hubo agonía. Está objetivamente demostrada por la hemorragia externa que se aprecia en la posición en que fue encontrado el cuerpo. No sufrió un accidente. No se suicidó. Lo mataron. Su muerte es un magnicidio”.
Perfil.com dialogó con la Licenciada en Criminalistíca Olga Fernández Chaves, quien explicó que en el espasmo cadavérico "los músculos sufren una contracción y por ello, si la persona se suicida, debería quedar con la posición del tiro".
Aplicándolo a los dichos de Arroyo Salgado, la especialista sostuvo: "De esta forma se contradice con la agonía, ya que si tuvo un sangrado por mucho tiempo no murió de forma inmediata. Además, en la agonía se daría la relajación del músculo, en este caso de la mano". Y aclaró: "Esto no descarta que no haya sido un suicidio, sino que es poco frecuente que se dé" concluyó Fernández.
(*) De la redacción de Perfil.com