POLITICA
carrio en el campo

Nueva vida: señales divinas, reuniones al borde de la pileta y diez cigarrillos al día

Tras la angioplastía, se refugió en la casa que alquila en un barrio de Capilla del Señor, donde disfruta del verde. Vive con dos perritos adoptados, custodios y mucamas.

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local. El asador Jorge Cedro le preparó chorizos especiales. Alquiló una casa que pintó de celeste y tiene un despacho en el pueblo. | Marcelo Aballay / Twitter

Dice que recibió una señal divina para establecerse en su nuevo lugar en el mundo y que su “sueño es morir en el campo”. En medio de denuncias judiciales, peleas con sus aliados políticos y estrategias electorales, desde hace diez meses Elisa Carrió dejó la coqueta avenida Santa Fe y se mudó al campo, en Capilla del Señor. Allí es donde pasó recluida durante casi todo octubre para recuperarse de sus problemas coronarios, luchar contra la adicción al cigarrillo, y también disfrutar del sol y el aire puro. Aunque pueda parecer un paisaje idílico, la legisladora no está sola. La acompañan mucamas, custodios y un batallón de asesores y visitantes, que ponen incómodos a los vecinos de su barrio privado. Hasta María Eugenia Vidal la visitó en plena crisis por las denuncias de la diputada contra el jefe de la Policía Bonaerense.

Mística. Cuando a Lilita le contaron la posibilidad de comprarse un terreno de unos 4 mil metros cuadrados en el partido de Exaltación de la Cruz, en la localidad de Capilla del Señor y en el barrio Chacras de la Cruz sintió que le enviaban una señal desde arriba: “Este es el lugar donde quiero vivir”, dijo. Así, se compró el terreno y empezó a construir una cómoda casa estilo campo. Para fines del año pasado, como no había terminado su nueva vivienda, decidió alquilarse otra en el mismo barrio. La pintó de un celeste pastel, plantó árboles y plantas que ahora florecieron por todo el jardín, y adoptó a dos perritos de la calle para jugar con ellos en los amplios espacios verdes.

Después de las lluvias de esta semana, Lilita volvió a su plan favorito. Aire libre, sol y caminatas. Bajó de casi tres atados de cigarrillos diarios a una decena. Camina unos cuatro kilómetros por el predio y tiene como norma volver siempre a dormir a su casa, porque quiero despertase rodeada de verde.

Uno de los rincones favoritos es la pileta, con deck de madera y reposeras negras, donde disfruta del sol y arma reuniones de trabajo. En el interior de su casa de dos habitaciones, Carrió mudó todos sus objetos que tenía en Capital. Libros, CD de música clásica y su guardarropa.

Antes de su reposo obligado por la angioplastia, Carrió hacía algunas recorridas por el centro de Capilla del Señor, donde le gustaba ir a tomar café a Trevi o La Fusta. Uno de los referentes locales de Cambiemos le acondicionó una casa histórica para que instale una sede del Instituto Hannah Arendt y le armó un despacho. Lilita quedó maravillada con el Museo de Arte Sacro, donde la recibieron con un asado de campo y unos chorizos caseros hechos especialmente para ella por el asador local Jorge Cedro.

Una de las rutinas que cambió con respecto a Capital, es la hora de la misa. Prefiere no ir a la iglesia y, en cambio, recibe la visita de un religioso amigo que la hace comulgar en su casa de campo.

Aunque su sueño es recibir los 60 en su nueva casa (le falta el techo), la fiesta en el campo, prometen, será inolvidable.