El ex jefe del Ejército César Milani aseguró que “nunca” torturó, secuestró, ni mató, al negar su participación en el secuestro de Pedro y Ramón Olivera en 1977 en La Rioja y atribuyó “intencionalidad” y “oportunismo político” por haber sido funcionario de Cristina Kirchner a la acusación por delitos de lesa humanidad formulados en su contra.
“Nunca en mi vida torturé, secuestré, ni maté”, dijo el militar en el marco de una extensa declaración que realizó ayer durante la segunda audiencia del juicio oral y público en La Rioja por hechos sucedidos cuando él se desempeñaba como subteniente del Batallón de Ingenieros de Construcción 141 de esa provincia, y por los que también están imputadas otras doce personas.
En su exposición, que realizaba sin esposas y con uniforme militar con sus insignias, el detenido ex jefe del Ejército dijo: “Si yo no le hubiera dicho que sí a Cristina (Fernández), no estaría sentado acá”, al señalar que hubo “un oportunismo político” para acusarlo de delitos de lesa humanidad y recordó que “no hay ningún subjefe del Ejército de La Rioja procesado o detenido por esto”.
Milani describió como “imposibles” las circunstancias en las que, según la acusación, él estuvo supuestamente involucrado en el secuestro y las torturas que sufrieron tanto el ya fallecido Pedro Olivera como su hijo, Ramón Olivera, denunciante en esta causa y testigo en este juicio.
Entre otras descripciones y preguntas que planteó en su exposición, Milani señaló que “nunca” en sus “45 años de servicio” vio a “un oficial de servicio –la función que cumplía en el momento de los hechos investigados– salir de una unidad para cometer una actitud demencial como un abandono de servicio, que estaba penado con la destitución, para ir a detener a una persona que no conocía”.
Acompañado por su abogada defensora, Mariana Barbitta, estuvo sentado en el banquillo de los acusados, sin esposas, por primera vez presente en el lugar, dado que en la primera audiencia, realizada el 3 de mayo pasado, había participado desde su lugar de detención, en Campo de Mayo, a través del sistema de videoconferencia. En esa audiencia, su abogada pidió el traslado de Milani a La Rioja para poder concurrir a las audiencias y “ejercer su derecho a la defensa”, por lo que el TOF de La Rioja ordenó la efectivización de ese pedido.
El traslado de Milani se concretó el miércoles último a través de un vuelo de línea que lo llevó a la capital riojana en un operativo comandado por el Servicio Penitenciario Federal.
En la audiencia de ayer estuvo presente en la sala de audiencia el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, ya que en este proceso, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación es una de las querellantes. “Nuestra presencia aquí viene a ratificar la posición del gobierno nacional de que no existan atajos ni impunidad en los temas de lesa humanidad, y que tampoco haya privilegios ni miradas sesgadas”, aseveró Avruj a la agencia Télam. Y remarcó: “Este juicio fue imposible durante el gobierno de Cristina Kirchner, que, por el contrario, llevó a Milani al cargo de jefe del Ejército”.
En este proceso, Milani es juzgado junto a otros doce imputados por el secuestro y las torturas que sufrieron en marzo de 1977 Pedro Olivera (ya fallecido) y su hijo Ramón. Al momento de los episodios por los que es imputado en este juicio, Milani se desempeñaba como subteniente en el Batallón 141 de La Rioja, y está acusado de haber participado en un operativo para secuestrar y luego someter a tormentos a los Olivera. Por estos hechos, el detenido ex jefe del Ejército está imputado por los delitos de privación ilegítima de la libertad agravada, allanamiento ilegal, imposición de tormentos agravados y asociación ilícita.
En la audiencia de ayer estuvieron los familiares del soldado Alberto Agapito Ledo, desaparecido en Tucumán en 1976, en un hecho por el que también se encuentra procesado Milani, bajo prisión preventiva. Por este delito, el teniente general retirado deberá enfrentar un segundo juicio oral y público, cuyo inicio es el 12 de septiembre. n