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Operativo K en Puerto Madero para controlar el PJ

En menos de una semana, las oficinas que alquila el ex presidente se convirtieron en una pasarela más transitada que el despacho de Cristina. Por allí desfilaron funcionarios del Gobierno, dirigentes K y amigos del poder.

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| Sergio Piemonte

El peregrinar a la nueva Meca del kirchnerismo comenzó esta semana. En lo que va del año, por las oficinas del cuarto piso del edificio Costero, ubicado sobre la calle Olga Cossettini, en la exclusiva zona de Puerto Madero, ya pasaron más funcionarios y legisladores que por la Casa Rosada.

Desde allí Néstor Kirchner comenzó a ejecutar la estrategia que planificó durante sus cortas vacaciones en El Calafate, para reorganizar el Partido Justicialista y conducirlo. Además, el ex presidente prepara la reedición del “movimiento nacional y popular peronista”. Pero por sobre todo vigila el rumbo del gobierno que le entregó a su esposa, Cristina Fernández de Kirchner.

A diferencia de los 27 grados promedio que azotaron la ciudad, la nueva Casa de Gobierno es una nevera. “Es grande, blanco, despojada de todo, no hay ni cuadros y hace frío”: así es el hábitat donde el patagónico amasa el poder. La descripción fue hecha por uno de los primeros visitantes a la pingüinera.

El lujoso barrio porteño de Puerto Madero, zona que impulsó el ex presidente Carlos Menem y que ahora utiliza Kirchner, está sembrada de restaurantes, oficinas de alto nivel y millonarios vecinos. El ex dirigente montonero y exitoso empresario durante el menemismo Mario Montoto tiene su búnker en el de abajo del ex presidente.

Sin café ni literatura. Si uno espera entrar a las nuevas oficinas de Kirchner y encontrar un cuadro del paisaje de El Calafate o recuerdos de sus días de presidente, se equivoca. En las blancas paredes no hay nada colgado, tampoco hay bibliotecas. En la entrada hay tres sillones claros recién comprados, y en un rincón sobre una caja de cartón que sirve de mesita ratona descansa un teléfono.

La secretaria hace pasar sin espera a los invitados. A medida que ingresan al despacho, después de los abrazos y saludos de rigor, se van sumando al “café literario”. Lo extraño del caso es que en las reuniones no invitan ni agua. “No, no me dieron nada de tomar. No hay ni whisky”, se quejó a PERFIL uno de los hombres del ex presidente.

A fines de marzo, según coincidieron diferentes fuentes que pasaron por la nueva Casa de Gobierno, la segunda parte del plan será una recorrida de Kirchner por el interior. A fines de marzo se convocará al congreso partidario con el fin de que anuncie elecciones internas a fines de mayo o comienzos de junio. Más Información en la Edición Impresa