Pese a que la semana pasada la CGT firmó un principio de acuerdo con el Gobierno de Mauricio Macri para llevar adelante la reforma laboral, un sector de la central obrera liderado por Pablo Moyano no coincide en apoyar la medida. En ese marco, ayer tuvo lugar un encuentro en el predio de los farmacéuticos en Luján convocado por la Corriente Federal de Trabajadores, que lidera el bancario Sergio Palazzo.
En esa jornada de debate, participaron el secretario gremial de la CGT Pablo Moyano, Hugo Yasky de la CTA de los Trabajadores, el diputado del Parlasur Jorge Taiana y el diputado del Frente para la Victoria Héctor Recalde, entre otros.
Moyano mostró su coincidencia con movilizarse el día que se trate la reforma laboral: “Hay un montón de dirigentes y trabajadores que no estamos de acuerdo con lo que se firmó”. “Estaremos unidos con la Corriente Federal de Trabajadores y las dos CTA para oponernos a la pérdida de los derechos de los Trabajadores Argentinos”, destacó.
“Nos comprometemos desde la secretaria gremial de la CGT junto a muchos gremios que están en la CGT a acompañar la movilización en contra de la reforma laboral”, sentenció el sindicalista. En los próximos días se va a debatir qué dia tendrá lugar esa marcha, aunque se estima que se programará para el día en que se debata la norma en el Congreso.
Por su parte, Palazzo afirmó: "No estamos dispuestos a tercerizar la voluntad de lucha, detrás de un pacto que le quita derechos a los trabajadores y castiga a los jubilados". Por su parte, Yasky consignó: "Necesitamos redefinir el movimiento sindical y recuperar conquistas históricas de 1943 por eso decimos no a los dirigentes que se venden por dos monedas. Debemos conformar una CGT en la lucha y la unidad; y este es el bautismo de fuego".
Una vez concluida la reunión difundieron un documento bajo el título "Soberanía de las Corporaciones o soberanía nacional en defensa de los derechos de los trabajadores" en el cual califican como "regresivas" a las reformas laboral, fiscal y previsional. Asimismo, denunciaron que hubo "un diálogo formal pero oscuro, donde a pesar de ciertas modificaciones se mantuvo su dirección: asegurar más beneficios a los grandes empresarios y garantizar el pago de intereses a una deuda pública creciente".