La presidenta Cristina Fernández de Kirchner pronunció en su discurso de apertura de las sesiones parlamentarias algunas palabras que son claves. La frase "acuerdo del Bicentenario" fue una de las más dichas y sirvió para vertebrar toda su intervención.
La palabra "acuerdo" fue la que mas veces se pronunció. "Argentinos", "Estado", "crecimiento", "sector", "energía" y "educación", también fueron de las más mencionadas. En menor medida, habló de ,"bicentenario", "historia", "Brasil", "justicia", "infraestructura", "energía", "Latinoamérica", "seguridad" y "público".
Qué no dijo. Pero conviene analizar qué cosas no dijo la presidenta para entender mejor el contenido de su mensaje. Obviamente no llamó la atención que no mencionara a la inflación, un problema que el gobierno insiste en guardar bajo la alfombra, tarea que ha convertido en polìtica de Estado (Guillermo Moreno mediante).
En línea con esa omisión, que agravia al sentido común, no mencionó ni una vez al Indec, cuya credibilidad ha sido prolijamente destruída por la grosera manipulación de índices, tal vez hoy el problema más grave de la administración K por sus implicancias. Otro tema escabroso en el que no se metió, fue en el de las pasteras.
Las palabras "desigualdad" o "redistribución" no fueron dichas, dando a entender que la presidenta considera que la regresiva pirámide social no puede ser modificada.
Fue notoria la omisión al ex presidente Néstor Kirchner, el ahora encargado de reordenar el Partido Justicialista, intentando mostrar autonomía frente a su marido. Tal vez por eso NK estuvo estuvo ausente, cuando ayer todos los voceros legislativos del PJ hablaban de su asistencia. Pese a que hablo reiteradamente de "acuerdo", en ningún momento habló de los partidos políticos.
También habló de "derechos humanos" y de ponerle fin a la "impunidad", pero cometió un error grave al no nombrar ni una sola vez a Jorge Julio López, testigo del juicio contra el represor Miguel Etchecolatz y desaparecido desde el 18 de septiembre del 2006, pleno gobierno de los Kirchner. En un texto preparado para la ocasión hubiera sido imprescindible.
Finalmente, como señal del acercamiento que hubo en las últimas semanas, en las que el embajador Wayne trajinó despachos oficiales, la Mandataria no mencionó ni una sola vez a los Estados Unidos. Aquellos discursos furiosos de "operaciones basura" parecen haber quedado en el olvido. Hoy su cosmovisión se limitó a la región, ya que tampoco fueron mencionados ni China ni Europa. Además de hablar de Brasil y de América Latina, Cristina nombró a Bolivia, Venezuela, Chile, Uruguay y Paraguay.