POLITICA
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Paroxismo populista

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2010 empieza como terminó 2009. La discusión por el uso de las reservas para el pago de la deuda jalona otro hito de la larga fábula progresista que el oficialismo pretende narrar desde 2003. La remoción por DNU del presidente del Banco Central tiene ese mismo discurso. No se trata de una jugada política ni tampoco un ataque a las instituciones, como intenta hacer valer la oposición.

Al margen de las disputas de poder, de la legalidad del decreto, en los hechos, este gobierno es el campeón de los atropellos institucionales con emergencias -la madre de todos los males-, de la cual se derivan, “superpoderes”, confiscaciones y violaciones a derechos individuales.

La argumentación es tan ficticia como pueril. Que el Fondo del Bicentenario (FOBI) va a asegurar una baja del riesgo país. Que eso va a abrir los mercados de capitales. Que la Argentina se va a beneficiar. Si esto fuera realidad, el FOBI se hubiera convertido en una llave mágica para salir de un castillo embrujado. Pero no es así. Eso sólo existe en la fábula del oficialismo.

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El dispendio, la demagogia y políticas ortodoxas teñidas de populismo son los ejes centrales de la política vigente. El FOBI es el reverso de la moneda. El anverso es la aguda crisis fiscal que enfrenta el gobierno desde hace tres años y que a fuerza de atropellos a derechos individuales fue mitigando o en todo caso maculando, hasta que los recursos se agotaron, lo que llevó a echar mano a las reservas. Primero, devaluaciones constantes, más tarde con las retenciones y anticipos impositivos, luego con dinero de los trabajadores (ahorros en AFJP, un hecho tanto ó más grave que el "corralón", por sus consecuencias), y ahora es el turno de las reservas.

El gobierno está encerrado en un callejón sin salida y echa mano a cualquier recurso para seguir alimentando la ficción y la fiesta de unos pocos. Cómo son sus últimos recursos, ahora le apunta al corazón económico de la Nación. Pero hay algo más grave aún. El FOBI constituye un acto de torpeza desde un punto de vista estratégico.

Cómo en tantos otros momentos, lo que está en juego son miles de millones de dólares. Si prospera el FOBI, los únicos beneficiarios serán los denominados "fondos buitres". Estos fondos han comprado los títulos en default a 5, 8 ó 10 centavos y con paciencia china esperan a que el gobierno haga su absurda jugada final.

A la par de ello, montó un complicado canje de la deuda en default del cual todavía no se conocen los detalles pero sobre el cual pesan todo tipo de sospechas, en especial, sobre el controvertido aspecto de las comisiones, tasas de interés y recursos disponibles.

Estos fondos y otros especuladores extranjeros y locales, van por todo. O por el canje de deuda -un fatalismo que Kirchner tuvo que admitir ante la inevitable crisis fiscal-, recibiendo en el peor de los casos nuevos títulos a 50 centavos, o por las reservas.
Si avanza el FOBI, “los buitres” y otros especuladores pedirán en los tribunales internacionales el embargo de las reservas que el país tiene colocadas en el exterior, quedando afectadas al pago de unos papeles de valor misérrimo en el mercado.

En otras palabras, lo que compraron a precio vil será canjeado a valores de mercado, en el caso del canje y a valores nominales, debido a la torpeza del FOBI.

Detrás de toda esta sofisticada operación financiera, existe otro gran número de beneficiarios que aguardan por sus comisiones y honorarios luego de haber llevado adelante tan gallarda demostración de profesionalismo y patriotismo.

Mientras tanto, y sobre esta ficción, y a la par de la especulación de unos pocos, la inflación cabalga al galope sin freno, al amparo de la ficción estadística. El gobierno construyó un clima festivo para un minúsculo grupo de beneficiarios que cuentan ganancias por millones, mientras somete a la gran mayoría de la población a padecer de miserias y pobreza. Cómo explicar el modelo económico de un país donde el PBI cayó casi 4 por ciento, con deuda en default, sin crédito y donde la especulación financiera ha duplicado y hasta triplicado el capital inicial? En la primera semana del año, ya se han contabilizado aumentos en el precio de los alimentos, combustibles y en servicios.

El derroche de dinero que el gobierno llevó adelante en diciembre pasado sólo sirvió para alimentar el fuego inflacionario. Las mediciones reales del costo de vida lo ubican en el 2 por ciento, una cifra insostenible si se tiene en cuenta que el tipo de cambio no tuvo variación. En otras palabras, 2 por ciento mensual en dólares. ¿Quién paga semejante daño? Una vez más, el populismo pretende transformar la realidad en ficción para llevar su voracidad a límites inimaginables.

Si esto fuera una fábula, no sería creíble porque ninguno de los personajes de esta historia son animales. ¿O sí? Pero todo esto ocurre en la Argentina que comandan los Kirchner...Todo es posible.

 

(*) Agencia DYN