Al filo del último plazo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, gran parte de su gabinete y el vicepresidente Amado Boudou presentaron ayer sus declaraciones juradas del período 2011, que no pudieron darse a conocer a través de la Oficina Anticorrupción.
La mandataria y la mitad de los ministros del gabinete esperaron hasta el último momento para derivar el detalle de su patrimonio declarado a las oficinas de Recursos Humanos de las dependencias donde ejercen sus cargos, como marca la Ley de Etica Pública (ver recuadro).
En tanto, esta semana, algunos hombres del Gobierno cumplieron con la primera y última prórroga para declarar sus fortunas. Se trata del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, y el titular de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao.
Parrilli y Barañao. Según lo declarado por el secretario, uno de los hombres más cercanos a la Presidenta, Parrilli, aumentó su patrimonio 43,59 por ciento. El año pasado, el funcionario declaró una fortuna de 950.594 pesos. Ayer, informó a la Oficina Anticorrupción un incremento equivalente a los 414.365 pesos. Su patrimonio superó con creces en 2011 el millón de pesos: declaró 1.364.959 pesos