Tal como ocurrió con la incautación de los ahorros previsionales o con la estatización de Aerolíneas Argentinas (o en menor medida con la Ley de Medios), la concepción dirigista de la economía argentina que acompañan amplias mayorías del Congreso a instancias de los ciudadanos que las han votado, volvería a triunfar de cabo a rabo si el kirchnerismo presenta, antes o después del 10 de diciembre, una nueva Ley de Entidades Financieras.
En estos días, cuando mucho se habla sobre proyectos de Ley económicos y financieros, bien vale separar la paja del trigo para clarificar desde el análisis la toma de decisiones. Por estas horas, en el Congreso existe un paquete de leyes económicas con media sanción de la Cámara de Diputados (Presupuesto, prórroga de impuestos nacionales y flexibilización de la Responsabilidad Fiscal) y hay otros tres más del área financiera, pero en expectativa, algunos de los cuáles han puesto el semáforo de los mercados en amarillo titilante.
Como primera conclusión política, hay que señalar que aún en su debilidad ante la opinión pública, el kirchnerismo ha demostrado una alta capacidad de alineamiento de voluntades en la Cámara de Diputados, ya que ha obtenido todas las leyes económicas por holgadas mayorías y casi sin "tocar una sola coma" y se estima que el Senado -aunque algunas provincias puedan aprovechar para conseguir algo extra- le dará trámite expreso. Por otro lado, entre las iniciativas que tienen posibilidad de ocurrencia hay una de extrema sensibilidad y muy operada en su interés por algunos sectores políticos. Se trata de una nueva Ley de Entidades Financieras que regularía como un servicio público la actividad de los bancos en la Argentina, proyecto que bien podría llegar al Congreso a instancias del Ejecutivo, aunque no se sabe si antes o después del recambio legislativo. Si fuere después, ésta podría ser la primera iniciativa que presente el diputado bonaerense Néstor Kirchner.
El cuerpo legal en vigencia tiene un estigma que el Gobierno no dejará pasar por alto, si se decide a avanzar al respecto: la norma viene, como la Ley de Radiodifusión o el Código Aduanero que autoriza las retenciones, desde los tiempos de la dictadura y asociarla a José Alfredo Martínez de Hoz dará mucho rédito.
Una eventual nueva Ley dispondría, tal como ocurría en 1974, que los bancos sean meras cajas que reciban los depósitos por cuenta y orden del BCRA, para permitirle a éste el redireccionamiento del crédito y la posibilidad de instaurar tasas reguladas.
Todos estos aditivos serían música para los oídos de los diputados de la izquierda, socialistas incluidos, lo que le permitiría al oficialismo una victoria más de fortalecimiento político. Pero la frutilla del postre para el kirchnerismo estaría en la posibilidad de que muchos miembros del peronismo disidente o aún de los radicales y el ARI, quienes adscriben nítidamente a esquemas dirigistas, se sumen a la aprobación. Paradójicamente, una ley así hoy tiene mucha más resistencia en algunos despachos oficiales, donde no se quiere avanzar por nada del mundo en esa línea, que en el Congreso. Fuentes del área económica aseguraron a DyN que nadie ha escrito aún oficialmente ni una línea al respecto y que todo lo que hay son proyectos de terceros ampliamente promocionados. Ocurre que como el ministro de Economía, Amado Boudou y el titular del Banco Central, Martín Redrado han puesto la cara por el país ante los organismos internacionales para tratar de avanzar en la necesaria reinserción financiera de la Argentina en el mundo, no se considera en esas dependencias que sea oportuno irritar al FMI ni a los mercados con una ley de ese calibre.
Después, como segundo proyecto, quizás más cercano en el tiempo, está la posibilidad de imponer un impuesto a las
ransacciones financieras (plazos fijos, acciones y bonos), con asignación específica de fondos destinado a un subsidio universal para la niñez, que también piden la izquierda y Elisa Carrió.
Sobre este punto, autoridades de la AFIP ya han explicado que el costo de trabar el mercado sería muy alto para la recaudación que se pudiere lograr, pero las necesidades de fortalecimiento político estarían también por encima de las otras cuestiones.
Por último, está a punto de ingresar al Congreso la derogación de la llamada "ley cerrojo", por la cual el gobierno de Néstor Kirchner pidió en su momento que el país se atara las manos para no reabrir el canje de deuda, en condiciones más beneficiosas que el arreglo que se propició a la hora de salir del default.
De este proyecto sólo queda como duda saber si se derogará la Ley anterior o si ahora Ejecutivo propiciará una nueva autorización, bajo condiciones favorables.
Recostándose hacia la izquierda, el kirchnerismo avanza como una topadora y no hay quienes que se permitan rebatir esas ideas desde lo ideológico, ya que en la Argentina, pese a lo que diga Aníbal Fernández sobre el predominio de las visiones que, según su verdad relativa, "no reflejan la realidad" y ahogan al Gobierno, ser "de derechas" tiene mala prensa y no hay quien se anime a confrontar al respecto.
(*) Agencia DYN