Luego de cuatro años de no brindar entrevistas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió al ruedo, pero con reservas: en la TV Pública, con un periodista oficialista, y en capítulos.
En lo que fue hoy el primer capítulo de una serie de la que todavía no se sabe extensión ni otros detalles sobre su continuación, la mandataria fue entrevistada por Hernán Brienza. Las últimas entrevistas habían tenido lugar en 2009, con la actriz Soledad Silveyra, y desde Madrid concedió un tiempo al director de contenidos de Telefé, Francisco Mármol. El encuentro tuvo lugar en la Residencia de Olivos.
Sin demasiadas sorpresas, Cristina habló durante largo tiempo sobre el modelo económico de su gobierno, criticó a los holdouts, defendió el cepo cambiario y la política económica, habló del pago de la deuda y sobre el "fenómeno de los monopolios mediáticos".
La sólida verborragia presidencial encontró un pequeño escollo: la definición del kirchnerismo. Consultada sobre qué significa, Fernández de Kirchner contestó: "El kirchnerismo tiene que ver con la aparición de una generación de una Argentina dada vuelta, que abreva en el peronismo pero que también incorpora a otros sectores, algunos que despreciaban al peronismo y sigue sin gustarle lo que puede denominarse el pejotismo". "Son etapas de la historia, uno es instrumento de la historia, y creo que Néstor también sintió lo mismo y la historia misma se va produciendo a sí misma en cada etapa para cumplir un determinado rol", prosiguió.
Sin embargo, salió airosa. Cuando el periodista le preguntó sobre si su gran arma política es la argumentación, la jefa de Estado sostuvo que "en realidad, son los hechos", al tiempo que citó el ejemplo del expresidente radical Raúl Alfonsín como gran argumentador.
"Yo no creo que la política deba ser entre amigo o enemigo', es una visión muy blindada", parafraseó Cristina. "Yo no considero que alguien que no esté de acuerdo es un enemigo", agregó.
Avances. "Creo que cualquier argentino está mejor hoy", aseguró la mandataria, en una comparación a grandes rasgos entre el panorama socioeconómico argentino actual y el de "4 ó 5 años atrás".
Liderazgo peronista. Sin mayor dosis de actualidad, Brienza interpeló a la Presidenta sobre la Masacre de Ezeiza, ocurrida el 20 de junio de 1973, en el regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina, tras 18 años de exilio. "Fue una frustración para todos los argentinos", contestó la mandataria.
"Yo llegué a Ezeiza. Estaba para el lado del bosque. Cuando empezaron los tiros, empecé a correr. Fue una experiencia muy heavy",agregó.
Tras referirse al liderazgo de Perón, Cristina afirmó que "todo el mundo tiene derecho a cuestionar todo". "No me preocupan ni desvelan las críticas. Considero que los liderazgos son o no son, dentro del marco democrático", evaluó. "Fui oposición en los '90. La discusión es política, no de agravio o insulto. Cuando hay insulto, agravio y descalificación es porque faltan ideas", apuntó.
Si bien se esperaba que la entrevista durara una hora, a los treinta minutos, apareció un cartel en la pantalla que anunciaba el fin de la emisión. Los televidentes, sorprendidos. Los oyentes radiales, más aún.