Mientras Cristina Fernández de Kirchner insiste en negar la responsabilidad del Gobierno en la creciente inflación, que además no reconoce en su totalidad, e insiste en endilgarle la culpa al empresariado, al campo y a los medios de comunicación, un grupo de piqueteros oficialistas decidió salir mañana a reclamar a los shoppings y supermercados que bajen los precios, en llamativa sintonía con la postura cristinista. Suena casi humorístico que el grupo piquetero elija como primer lugar de movilización el shopping del Abasto, un lugar donde no se venden artículos de primera necesidad, ni de la canasta alimentaria.
Mientras los piqueteros K marchan hacia lugares de consumo fashion, Guillermo Moreno, el secretario de Comercio, mandó inspecciones a las organizaciones de consumidores que hablan de aumento de precios en los colegios públicos. Dos formas de apriete "progre" que poco beneficiarán a la baja de la inflación y sí, en cambio, alegrarán a los seguidores "progres" del Gobierno.
“Ante los reiterados aumentos de precios de consumo masivo y de la canasta alimentaria, este miércoles desde el Movimiento Barrios de Pie nos movilizamos para exigir, a quienes más se han beneficiado con la reactivación, que bajen los precios de los productos alimentarios y contribuyan con el sostenimiento de comedores y posibilidades de alimentarse dignamente a quienes menos tienen”, reza el comunicado de la organización, que llama a marchar tanto en Capital como en el Gran Buenos Aires.
Si bien la Presidenta reconoció la suba de precios, el comunicado de Barrios de Pie refleja, en el llamado a movilización para mañana a las 11.30 en el shopping del Abasto, que la lista de productos que sufrió un fuerte incremento es la misma que desde la Casa Rosada vienen negando desde diciembre.
“Son los sectores de menores ingresos a quienes la suba reiterada de precios como lácteos, carnes, aceites, productos escolares, etc. más afecta, viendo deteriorarse día a día, muestras posibilidades de adquirir productos”, expresa el llamado a movilización.
Ayer, durante un acto en el que se anunciaron inversiones en el área de ciencia y tecnología, llamativamente la Presidenta abordó el problema de la inflación. Si bien admitió que hay una suba de precios -por la cual responsabilizó al “lock out patronal del mes pasado y a la puja distributiva, como si los precios hubiesen comenzado a incrementarse el mes pasado- criticó la postura de sectores empresarios que aluden al problema como "si no tuvieran nada que ver". Además, aseguró que están dadas las "condiciones macroeconómicas" para que no haya inflación.