El “cambio” que plantea Mauricio Macri también tendrá un costado cultural: buscará en los primeros tiempos de su gestión “deskirchnerizar” muchos de los símbolos que construyó el Frente para la Victoria.
Según pudo averiguar PERFIL, tanto el futuro ministro de Cultura, Pablo Avelluto, como el próximo coordinador de los Medios Públicos, Hernán Lombardi, tienen pensado cambiar el formato y hasta modificar sustancialmente áreas y proyectos asociados, desde el Estado nacional, con la identidad kirchnerista.
El proceso de “deskirchnerización” de la cosa pública arrancará con el fin del programa 6,7,8, el emblema de un programa militante solventado con recursos públicos. Según adelantó Lombardi, el programa no estará más en la TV Pública.
La reformulación alcanzará a la TV Pública, donde serán desplazados funcionarios vinculados a La Cámpora, como Carlos Figueroa (gerente de noticias de la TV Pública), y a parte de los panelistas del noticiero. Otro cambio sustancial será la comercialización de los espacios publicitarios en las transmisiones del Fútbol para Todos (que cambiará también de nombre), con lo cual no habrá más propaganda oficial de gestión en medio de un entretiempo. También se quitará el mote “para todos” de cada programa televisivo.
Lombardi también adelantó que buscarán modificar el nombre al Centro Cultural Néstor Kirchner por CC del Bicentenario. Pero aclaró que será “un tema del Parlamento”.
A su vez, Avelluto adelantó a PERFIL que la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, a cargo del filósofo oficialista Ricardo Forster, no tendrá razón de ser con la llegada de la nueva gestión. El próximo titular de la cartera de Cultura explicó que no “están claras” las funciones que cumple y que, en todo caso, “es mejor” ocupar esos fondos en otros programas culturales. En su año y medio de gestión, Forster pudo exhibir poco más que algunos seminarios y paneles de intelectuales.
En Educación, el ministro Esteban Bullrich se propuso terminar con la “demonización” que, a su entender, se ha cometido con personajes históricos. Es el caso de Domingo Faustino Sarmiento, a quien Bullrich suele evocar en sus explicaciones. “La historia no es patrimonio de un sector político, y no vamos a hacer revisionismo”, sostiene el flamante titular de la cartera educativa. Para ello, la nueva gestión revisará las currículas donde se interprete que Sarmiento fue desdeñado.