POLITICA
temor frente al riesgo de fraude

Polémica por una nueva exigencia que complica el control de las elecciones

Obligan a los fiscales a votar donde están empadronados. Así, deben sumar más colaboradores o a debilitar la supervisión.

Refuerzo. Muchos intendentes del Conurbano ya convocaron a más personas para garantizar la fiscalización.
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El control de los votos de los cerca de 11 millones de electores que posee la provincia de Buenos Aires promete convertise en una de las mayores preocupaciones de las distintas fuerzas políticas que competirán en las primarias del 11 de agosto. Al temor por  fraude, robo de boletas, nóminas truchas y candidatos falsos que se denuncia en cada elección en el territorio bonaerense se sumó una nueva amenaza para la fiscalización. El Gobierno decidió implementar una nueva reglamentación que obliga a los fiscales a votar en la mesa donde están empadronados. La exigencia se transformó en una pesadilla para los partidos menos poderosos.

En los comicios anteriores los fiscales podían votar en las mesas que cuidaban, aunque estuvieran registrados en otros padrones. Su nombre y apellido eran agregados con lapicera en las planillas oficiales.

De esta manera, se permitía que los partidos políticos destinen a los agentes más especializados a controlar los votos en los distritos con mayores denuncias de fraude. Pero ahora, esos fiscales que no están empadronados en la mesa que fiscalizan no podrán votar allí y deberán dejar de cuidar la mesa para ir a emitir su propio voto a la mesa correspondiente.

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Los partidos temen que las ausencias descuiden el control y abran la puerta al fraude.

La exigencia provocó un tembladeral no sólo en las fuerzas políticas de la oposición, sino también en el propio oficialismo.

Por ello, también los intendentes del Conurbano bonaerense, que contiene la mayor cantidad de votos trabajan, contrarreloj para acomodar la estructura partidaria y municipal a la nueva reglamentación que comenzó a regir en 2012 con la votación de los jóvenes de 16 años.

En San Miguel, por ejemplo (distrito gobernado por el massista Joaquin De La Torre), recurrirán a los funcionarios que iban a realizar el control general de la elección para cubrir a los fiscales en las mesas donde se ausenten.

A su vez, en las mesas más difíciles de controlar, utilizarán dos fiscales. “Los intendentes poseen un fuerte apoyo de la ciudadanía, que están dispuestos a fiscalizar, por lo que podremos llegar a completar el número necesario de fiscales. La nueva norma la buscaremos cumplir con un agente de control que reemplace al fiscal de mesa al momento que vaya a votar”, sostuvo el secretario de gobierno de San Miguel, José Richards.

En todo el territorio bonaerense este año habrá cerca de 35 mil mesas para votar, por lo que cada partido necesita un ejército de más de 50 mil personas, algo que sólo puede garantizar el Justicialismo. Desde el Frente “Unidos por la Libertad y el Trabajo”, que encabeza Francisco de Narváez, planifican juntar 40 mil fiscales que aportarán desde Unión Celeste y Blanco, sindicatos de la CGT de Hugo Moyano, militantes de José Manuel De La Sota (en la primera y segunda sección) Carbap (en el interior) y la red Ser Fiscal.

“Lo primero que buscamos es facultar que los fiscales estén inscriptos en la mesa que fiscalizarán, que voten en ese colegio o en el más cercano. En este último caso, hay una tarea adicional de logística para poder trasladarlos a su lugar de votación, momento en que el fiscal general se deberá hacer cargo de la mesa”, explicó Alfredo Atanasof, responsable de la tarea de fiscalización del frente liderado por de Narváez.

“En términos de transparencia, la nueva ley es correcta, porque ya no se podrá manipular las planillas, pero para las fuerzas opositoras es mucho más complicado cumplirla. En distritos en donde te roban votos, como La Matanza, o donde a veces es difícil entrar, vamos a cubrir con los fiscales más especializados; a pesar de que no estén inscriptos para votar en esa mesa, lo que significa que debemos resignar sus votos. Es preferible perder un voto pero garantizar la fiscalización de mesas difíciles”, explicó a PERFIL Marcelo Ferreira, coordinador de la campaña del Frente Progresista Cívico y Social. 

Sólo en la primera y tercera sección electoral, en donde votarán 7 millones y medio de electores de los 11 millones del total de la Provincia, habrá más de 21 mil mesas habilitadas para votar con entre 200 y 350 electores cada una. Es allí donde las distintas fuerzas necesitan contar en la mayoría de las mesas con dos fiscales para que se reemplacen entre sí al momento de ir a votar. Tarea difícil.