A las 22.30 del lunes pasado, el hashtag #9000yPico ya acumulaba 12.800 menciones en Twitter. Una cantidad suficiente para convertir al tema en trending topic e instalar el error de Mauricio Macri ante Mirtha Legrand (pifiar por $ 3 mil el monto de la jubilación mínima) dentro de la conversación pública de las redes. Pero los gerentes comunicacionales del macrismo la ningunearon para dejarla morir. En cambio, cuando Macri le dio carácter de desgracia al hecho de “caer” en la escuela pública, en el Gobierno se encendieron las alertas y movilizaron voceros y cuentas de Twitter, oficiales y de las otras, para aclarar la frase y contraatacar. Las mediciones en su poder indicaban que el malestar se extendía más allá del nucleo opositor tradicional.
Ante el conflicto docente, en Casa Rosada combinan dureza en la negociación con una actitud de cautela. Pese a las metáforas belicistas y a la personalización de la puja en la figura de Roberto Baradel, el macrismo intenta explicar su postura frente a la pulseada con los maestros. Para el oficialismo, el riesgo es empujar a una parte de los sectores neutrales hacia una zona de desencanto definitivo con el macrismo.
Además de las encuestas habituales sobre la imagen de gobierno, Cambiemos cuenta con un ejército de empleados en el segundo piso de la Rosada, puestos al servicio de medir los climas en las redes sociales. Dependientes del líder Marcos Peña, hacen análisis cualitativos y cuantitativos sobre las opiniones circulantes. Y en esa búsqueda distinguen entre los temas adversos que no exceden el microclima, a los que resumen como “operaciones K” (en general azuzados por Cristina Kirchner y los medios de perfil netamente opositor), de los que pueden alcanzar a un público más amplio. La marcha masiva de los maestros, sumada a la frase despectiva de Macri sobre la escuela pública, metieron al ítem educación en la última categoría.
A diferencia de la actitud prescindente que tomó ante otras mini-crisis, el equipo comunicacional de Peña esta vez ordenó responder. Las cuentas oficiales de Cambiemos y el PRO le dieron amplia difusión a Macri y al ministro de Educación, Esteban Bullrich, tuiteando frases y fotos de ambos. El objetivo fue evitar que las críticas taparan el anuncio, hecho por Macri y Bullrich, de un proyecto de ley para mejorar la educación pública a través de un “plan maestro” de 108 metas.
“Cuando actuamos es porque queremos facilitarle argumentos a los sectores que nos apoyan”, admite un funcionario con oficina en la Rosada.
La intervención en redes y medios tradicionales, sin embargo, no implica moderar la intransigencia frente al reclamo gremial. Al contrario, tanto Macri, como María Eugenia Vidal, Peña y Bullrich están decididos a descontarles a los maestros los días de paro. Además buscan instalar una división entre las bases y la dirigencia sindical, con Baradel a la cabeza.
Y si bien reconocen que el malestar docente puede incluir votantes de Cambiemos, los voceros macristas se mantienen optimistas. Encuestas en mano, aseguran que no fue tanto el daño sufrido. Según un informe reciente de Sinopsis que circula entre ministros (más de mil casos, en provincia de Buenos Aires), cualquier candidato de Cambiemos obtendría un 35,8% en la legislativa, contra un 50,7% de otra fuerza, y 13,5 de indecisos. En nombres propios, Elisa Carrió sacaría 34 puntos, contra 29,7% de Cristina Kirchner, 15,7% de Sergio Massa y 7,1% de Florencio Randazzo. “Para mal momento no es tan malo”, se entusiasma un operador PRO.
Sobre la tanda de errores de Macri, los atribuyen a su alto nivel de exposición. Así, hacen virtud de sus metidas de pata. En adelante, la dirección de discurso, a cargo de Julieta Herrero más Peña y el asesor Jaime Duran Barba, repasará las últimas declaraciones de Macri. No es un método nuevo: sus participaciones públicas son revisadas obsesivamente por el team macrista.
Apuntan a desgastar a los gremios
Hace nueve años, Macri enfrentó un duro conflicto gremial contra los docentes porteños. Era su primer año como alcalde y decidió descontarles a los maestros los días de paro. Por estos días, los ministros (en particular, los que vienen desde la gestión porteña) recuerdan con cariño aquel antecedente: desde aquella pulseada inicial, aseguran, bajó sensiblemente la protesta sindical. Su plan es repetir el método en provincia de Buenos Aires. La apuesta oficial es desgastar a los gremios, manteniendo clausurada la paritaria nacional docente. Cerca de Macri, a su vez están convencidos de que existe una intencionalidad partidaria (o sea, kirchnerista) en el paro. Según datos de la Rosada, el acatamiento es mucho más alto en los municipios opositores, como La Matanza.