Mauricio Macri bajó del helicóptero en una olvidada zona del partido de Pilar, caminó unos metros, se subió a un colectivo que hizo un viaje de pocas cuadras, y se fue. Minutos después, Presidencia de la Nación enviaba una serie de fotos contando el recorrido del mandatario. A las horas, se supo que el viaje fue una puesta en escena. No fue ni la primera ni la última en la política argentina.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo varios traspiés de ese estilo. En mayo de 2013, en una de sus habituales teleconferencias, tuvo un diálogo con un supuesto "operario" de una planta de residuos en Santa Rosa de Calamuchita, que en realidad era el dueño de la empresa cuya nueva sede se estaba inaugurando con fondos del Estado.
Esa no fue la primera vez que CFK habló con alguien que no era lo que decía ser. Uno de los casos más recordados sucedió en febrero de 2012, cuando habló con un "trabajador" cementero de Olavarría que apoyó la minería, Armando "Antonio" Domínguez, y al que ella aplaudió. "Antonio, vos no sos dirigente político, sos un trabajador que defiende su lugar de trabajo", le dijo esa vez Cristina. Pero en realidad, hablaba con un dirigente político, expresidente del PJ en ese lugar y delegado de la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA).
Ese mismo año, pero en agosto, la exjefa de Estado se comunicó con Misiones y dialogó con Milton López, un hombre al que supuestamente le estaban inaugurando el sistema eléctrico de su casa gracias a políticas sociales del Gobierno K. Sin embargo, a los pocos días se supo que el relato era falso. López tenía luz hace años en su hogar e inclusive circularon facturas de la empresa Electricidad de Misiones, donde constaba que el hombre tenía energía desde 2006, seis años antes del anuncio presidencial.
Lanzamiento polémico. El día que Mauricio Macri eligió ir nuevamente por la Ciudad de Buenos Aires realizó un lanzamiento distinto al que estaba acostumbrado el ciudadano de la Capital Federal. El 26 de febrero de 2007 anunció su candidatura en un basural de Villa Lugano, acompañado por Milena, una niña de 8 años. La polémica quedó instalada y la imagen fue parte de la historía política del ahora presidente de la Nación.