Cuando mañana se abran las urnas, los principales actores de la política argentina enfocarán su interés en el conteo de votos. Pero cada cual va a estar atendiendo a su propio juego. Y aunque algunos se concentrarán en el corto plazo, todos buscarán entender el escenario que los votos anticipen para 2015.
¿Qué se juega Cristina Kirchner? A pesar de que el reposo la mantuvo aislada de la elección, las elecciones definirán el nivel de gobernabilidad para los próximos dos años. Con la posibilidad anulada de una nueva reelección, necesita resultados en todo el país que le permitan conservar la mayoría en el Congreso.
Si se repiten los resultados de las primarias, el Gobierno mantendrá la superioridad en ambas cámaras, aunque de manera muy ajustada. A partir de allí, aspirará a evitar una fuga de dirigentes y llegar al final del mandato con posibilidades de influir en el sucesor.
¿Qué se juega Daniel Scioli? A diferencia de Cristina, su suerte está más atada a lo que pase con Martín Insaurralde y Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires. Aspira a que el intendente de Tigre no estire su ventaja a más de diez puntos ni que supere el 40% de los votos. El objetivo es poder demostrarle al resto del peronismo que se puso la campaña al hombro y evitó un resultado catastrófico. Si no lo logra puede tener dificultades para frenar el crecimiento de Massa como potencial candidato a presidente y para convencer al resto del peronismo que es el mejor candidato para suceder a Cristina Kirchner.
¿Qué se juega Massa? Si las primarias le permitieron posicionarse como presidenciable, la elección debería consolidarlo. Necesita ampliar la ventaja de cinco puntos que le sacó al kirchnerismo en agosto. Mientras mayor sea esa diferencia, más fuerza tendrá para atraer a dirigentes de todo el país que vean crecer sus chances de ser el sucesor. El envión que generó su candidatura podría sufriría un freno si no logra estirar la diferencia.
¿Qué se juegan los gobernadores peronistas? Mientras ven a Scioli y Massa crecer como potenciales sucesores de Cristina, los gobernadores buscan abroquelarse para ser determinantes en la decisión final y, de ser posible, incidir en la discusión. A eso aspiran mandatarios como Sergio Urribarri (Entre Ríos), Juan Manuel Urtubey (Salta) y Jorge Capitanich (Chaco). Necesitan, indefectiblemente, ganar en sus distritos y sacar la mayor diferencia posible.
¿Qué se juega el peronismo disidente? Massa copó el escenario disponible para todo aquel peronista que no suscriba al kirchnerismo. Sin embargo, hay dirigentes que les urge un buen resultado para poder jugar en las ligas que tomen decisiones en los próximos dos años. El principal exponente es José Manuel de la Sota, que tras el escándalo de los narcopolicías necesita que su lista gane con comodidad.
¿Qué se juega el no peronismo? Binner y Cobos competirán para ver quién gana con más margen en Santa Fe y Mendoza, respectivamente. Carrió busca ganarle al PRO en la Capital Federal para sentarse en esa mesa. Aunque van separados, quieren sumar votos y ser la segunda fuerza nacional. Resolverán los liderazgos presidenciales en las primarias de 2015. Saben que esa unidad es la única manera de hacer pie en un escenario acaparado por el peronismo.
¿Qué se juega Mauricio Macri? Tanto Scioli como Massa le roban parte de su potencial electorado, por eso necesita llegar de la mejor manera a 2015 y esperar a que la pelea peronista le deje un flanco abierto. Para eso, debe ganar la Capital y que Miguel Del Sel, Héctor Baldassi y Alfredo De Angeli obtengan buenos resultados.