Poco se sabe de la mujer que desató un escándalo político y legal en Paraguay, llevando al presidente Fernando Lugo a reconocer en un acto público su paternidad de un chico de dos años, al que concibió en un romance durante sus años de obispo. Viviana Rosalith Carrillo Cañete fue quien, a través de una demanda por filiación, destapó un turbio amorío del mandatario paraguayo. La relación dio como fruto a un niño llamado Guillermo Armindo, quien dentro de poco menos de un mes llevará el apellido de su padre: Lugo.
"Todo se inició una vez cuando le llevé las ropas de cama a su habitación, y al preguntarle si necesitaba algo más, él me dijo que sí, que era a mí a quien él necesitaba, siendo a partir de ese momento constante el acoso, hasta que debido a mi corta edad e inexperiencia, fui seducida por su forma de hablar, por sus palabras bonitas, por sus expresiones bellas, y por las promesas que me hizo de renunciar a su cargo por mí, y que pretendía compartir una vida conmigo y que tengamos muchos hijos y formemos una hogar, habiendo sido él, mi primer y único hombre". Así fue como comenzó, según la propia Carrillo, su relación con el entonces obispo Lugo.
Conoció a Lugo cuando apenas tenía 16 años, mientras realizaba su curso de confirmación en la ciudad de Choré, del departamento de San Pedro, dando rienda suelta a un amor prohibido. Lugo, con el tiempo, se volvió un habitué de la casa donde vivía Viviana junto a su madrina, Edith Lombardo de Vega, quien admitió al diario ABC que el obispo visitaba su casa seguido, compartían la mesa juntos, y hasta se quedaba a dormir, aunque en una habitación "totalmente independiente".
Viviana cursó hasta el quinto año en el Liceo San José Obrero de Choré y dejó la ciudad en 2002, cuando se mudó a la capital para estudiar. Aunque no existen registros de sus primeros años en Asunción, lo seguro es que su relación con Lugo continuaba. Hace tres años, aún antes del nacimiento de su hijo, se mudó a un departamento en el barrio Santa Anta en el que aún vive y que hoy le serviría de refugio ante la incesante guardia periodística en la entrada del edificio.
Sin embargo, tras la denuncia, hay versiones encontradas sobre su actual paradero. Una asegura que está encerrada en su departamento junto a su pequeño hijo, sus padres y hermanos. Otra indica que la mujer habría dejado el país junto al menor, luego de que se conoció la denuncia que hizo contra Lugo por su hijo no reconocido.
De perfil bajo, muy callada y reservada a la hora de salir de su casa, Carrillo estalló de bronca cuando trascendieron en la prensa guaraní rumores de romances entre el presidente paraguayo y la modelo argentina Jésica Cirio. Ese habría sido uno de los detonantes de la demanda, además de que Lugo, según consta en la denuncia, le dio un golpe en la cara. "Nunca quiso ser primera dama, le disgustaba la vida pública", dijo una amiga a ABC , al tiempo que remarcó que "está muy dolida por la situación que se generó".
Hoy, luego de que la noticia tomó revuelo tanto nacional como internacional, Viviana Carrillo Cañete, madre del hijo del presidente Fernando Lugo, presentó un pedido de desestimación de la demanda, tras conocerse que el ex obispo reconocerá al niño de dos años con su apellido. El último documento de su romance, que tras la demanda podría haber concluído, es una foto tomada a pocos días de la asunción del Lugo, en la que se ve a Viviana sentada en el césped y al mandatario firmando decretos, vestigo con ropa deportiva, que fue publicada hoy por el diario La Nación de ese país. La última imagen de un amor que sacudió al Paraguay.